Cuando Víctor Urrutia habla de vino, lo hace con la pasión de quien lleva en la sangre cinco generaciones de historia familiar y con la visión de un empresario que ha sabido proyectar la tradición riojana hacia el mundo.
CEO de la Compañía Vinícola del Norte de España (Cvne), una de las bodegas más emblemáticas de Rioja, viajó a México para compartir su experiencia y reflexionar sobre el papel que este país juega en el mapa global del vino.
En la conversación lanza una frase que define su filosofía: “El vino es la bebida más civilizada”. Con esa contundencia explica que, a diferencia de otras bebidas, el vino siempre ha estado ligado a la mesa, al diálogo y a la cultura.

“La gente no sale a golpear la mesa con vino, sino a compartirlo”, dice convencido.
Durante la entrevista con Publimetro, habló de la importancia del mercado mexicano, de la expansión de Cvne a otras regiones de España, de la alianza con Tequila Loco y de cómo ve el futuro de la industria en un mundo cada vez más competitivo.
También repasó su propia historia personal, de abogado y banquero a líder inesperado de una de las bodegas más reconocidas de España.
La primera pregunta fue directa: ¿qué atractivo tiene México para una bodega riojana?
Urrutia no titubeó. “Tenemos la obligación de estar en todo el mundo. Si me hubieras preguntado por qué estar en Kazajistán, tendría que dar una respuesta. Pero es mucho más fácil y atractivo estar en México que en Kazajistán”.
Lo dice entre risas, pero su explicación es seria ya que México no solo comparte con España una lengua y un pasado, sino también una afinidad cultural que se refleja en la mesa.
“Aquí tenemos una afinidad cultural y un pasado conjunto, y sería una irresponsabilidad que Cvne no estuviera de manera activa. Es una marca que siempre ha tenido presencia en México, y nuestra obligación es mantenernos aquí”.
El CEO recuerda que México fue la cuna del primer viñedo de las Américas, lo cual convierte al país en un terreno natural para el vino.
“El primer viñedo de las Américas fue en México. Ese legado ya marca un camino, ya deja claro que hay una esencia vinícola que no se puede ignorar. Me fascinaría ver proyectos que recuperen las primeras variedades que se plantaron aquí hace 500 años. Sería un sueño”, añadió.

En paralelo, destaca que el consumo de vino en México está creciendo de manera sostenida. Aunque la cerveza y el tequila dominan, cada vez más mexicanos incluyen el vino en sus celebraciones y cenas familiares.
“En México hay una explosión de consumo de vino. Cada vez se toma más. Eso nos obliga a estar presentes y a ofrecer al consumidor mexicano algo con identidad propia, algo que refleje la tradición y el carácter de nuestros viñedos”, explicó.
El vino se liga a la mesa
Cvne nació en Rioja y ahí se forjó su reputación, pero la curiosidad y la ambición llevaron a la bodega a expandirse a otras regiones vinícolas de España.
“Nuestro primer vino se llamó Cvne. Después hicimos Imperial, que para mí fue el primer gran Rioja. Luego nos aventuramos en proyectos fuera de la región, llevamos nuestra visión de elegancia riojana a la Ribera del Duero, a Rías Baixas con un Albariño, a Barcelona con un espumoso y a Valdeorras con un Godello muy especial”.
Cada proyecto tiene un carácter distinto, pero la filosofía es la misma, reflejar la identidad del viñedo. “No se trata de compararse con otros vinos, ni con California ni con México. Se trata de que cada vino exprese su origen. Esa es nuestra obligación, reflejar la identidad de nuestros viñedos”.
Con entusiasmo describe cómo la marca se mueve entre tradición e innovación, desde un espumoso del siglo XIX en Barcelona hasta un Albariño con 100 hectáreas en Rías Baixas.

Uno de los momentos más apasionados llega cuando se le pregunta por el consumo responsable. Urrutia responde con ironía:
“El vino es la bebida más civilizada que existe. La gente no sale a emborracharse con vino. Por eso me aburre cuando se insiste tanto en hablar de consumo con moderación. Eso deberían decírselo a quienes toman agua de fuego o 100 cervezas”.
Para él, el vino es inseparable de la comida y de la conversación. “El vino siempre está ligado a la mesa, al diálogo, a momentos de convivencia. Es una bebida que se disfruta, que se comparte. Eso es lo que la hace civilizada”.
Aunque reconoce que en la prensa aparecen estudios que cuestionan la existencia de un consumo seguro, rechaza la visión puritana.

“No existe un nivel seguro de conducir o de vivir. Querer eliminar toda fuente de riesgo es un puritanismo que va contra la cultura. El vino es cultura, es historia y es identidad”.
Una alianza tequilera
La visita a México también sirvió para anunciar una colaboración con Tequila Loco, una marca que comparte valores de tradición y calidad.
“A mí me dijeron: ‘¿Te gustaría tener una alianza con un tequila?’ Y yo respondí que sí, pero tenía que ser un gran tequila. Cuando me aseguraron que este lo era, acepté sin dudarlo”.
La idea de llevar un tequila mexicano de la mano de Cvne a España entusiasma al CEO:
“Me encantaría que Tequila Loco llegara a España con nosotros. ¿Por qué no? Claro que sí”. Para Urrutia, la unión de dos bebidas icónicas refuerza la visión de que México es un mercado estratégico y culturalmente cercano para Cvne.

La conversación se volvió más técnica al abordar la producción y la moda de los vinos naturales y orgánicos. Urrutia ofreció una reflexión:
“Lo difícil no es hacer muchos vinos distintos. Lo difícil sería hacer uno solo que reflejara todos los viñedos y elaboraciones. Eso acabaría siendo mediocre. Prefiero elaborar distintos proyectos, cada uno con su identidad”.
Explicó que cada bodega de Cvne tiene su propio equipo técnico, lo que garantiza calidad y autenticidad.
“Es más fácil hacer muchos vinos pequeños que uno solo enorme. Lo complicado luego es venderlos, claro. Pero el compromiso es siempre con la calidad”.
Sobre la competencia con otras modas fue tajante: “No se trata de seguir modas, sino de ser honestos con lo que tenemos. La autenticidad es lo que se premia”.

Un poco de su historia
Al hablar de su historia personal, confesó que parecía un destino improbable. Estudió Derecho, fue banquero y consultor, y nunca pensó en dirigir la bodega familiar.
“Yo no estudié enología ni agronomía. Era un mal abogado y acabé en la banca y en la consultoría. Me gustaba lo que hacía. Pero en mi familia nadie más podía ocuparse de la bodega, así que me tocó. Era muy joven y no sabía casi nada. Pero a veces eso es mejor, porque lo enfrentas con la valentía de la juventud”.
Hoy dirige la quinta generación y espera que llegue una sexta. Tiene tres hijos y una extensa familia que podría continuar el legado, aunque insiste en que no hay que forzar las cosas.
“Forzar a alguien a seguir el camino familiar va contra la naturaleza. Ojalá alguno de mis hijos o sobrinos quiera seguir, pero será su decisión”.

La charla termina como empezó, con la convicción de que el vino es mucho más que una bebida. Para Víctor Urrutia, el vino es cultura, identidad y civilización.
“Un gran vino no solo es agradable de beber. Tiene que perdurar, envejecer con gracia, ganar complejidad con el tiempo. Como las personas, lo difícil no es ser atractivo a los 20, sino seguir siéndolo a los 60. Eso es la grandeza del vino”.
Con México como socio natural y con la mirada puesta en el futuro, Cvne reafirma su lugar en la historia del vino español. Y el CEO lo resume en una frase que se queda grabada: “El vino es la bebida más civilizada”.