Desde pequeños aprendemos a cuidar lo que amamos. Y si algo puede sembrar una semilla duradera en los corazones de las nuevas generaciones, es enseñarles que el planeta no es algo ajeno, sino una parte viva de ellos mismos.
Porque cuando las niñas y los niños descubren que ellos también son naturaleza, cuidar el entorno deja de ser una tarea y se convierte en un acto de amor y conexión.
Con esa visión nació Naturaleza para Compartir, un programa binacional creado por la organización internacional Educación para Compartir (EpC) que conecta a niñas y niños de México y Estados Unidos para inspirarlos a convertirse en verdaderos aliados de la Tierra.

Un aula sin fronteras
Durante 10 meses —de agosto de 2025 a junio de 2026—, 800 niñas y niños y 24 docentes de Baja California, Veracruz, Jalisco, Ciudad de México/Estado de México y San Diego, California vivirán una experiencia educativa única.
A través de sesiones llenas de juego, exploración de la naturaleza y creación artística, descubrirán cómo sus acciones pueden marcar una diferencia real en el cuidado ambiental.
La esencia del programa está en el intercambio. Gracias a videoconexiones, un grupo en México comparte con otro en Estados Unidos lo que observa en su entorno: cómo las flores alimentan a las abejas, cómo los árboles dan sombra y hogar o cómo las especies se adaptan a los cambios del clima.

En cada encuentro, aprenden sobre los seis principios de la inteligencia de la naturaleza: diversidad, interdependencia, adaptación, multifuncionalidad, cooperación y regeneración.
Aprender desde la esperanza
Para Dina Buchbinder, fundadora y presidenta de Educación para Compartir y National Geographic Explorer, este programa busca que las y los estudiantes se conviertan en embajadores de sus ecosistemas locales, compartiendo las lecciones que los humanos pueden aprender de la naturaleza y actuando para proteger los espacios que aman.
“A diferencia de otros enfoques que abordan la crisis climática desde el miedo, Naturaleza para Compartir apuesta por la esperanza, la creatividad y la acción positiva.
Su meta es que cada niña y niño crezca con la certeza de que proteger y regenerar el planeta está en sus manos, contando además con el valioso apoyo de National Geographic Society para hacer posible esta misión”.

Jugar, reflexionar y actuar
Desde 2007, Educación para Compartir ha demostrado que el juego puede transformar la educación. También puedes consultar más información en https://educacionparacompartir.org/
Con presencia en 13 países y más de 18 años de experiencia, su metodología —jugar, reflexionar, actuar— ha impactado a millones de niñas, niños, docentes y familias, demostrando que aprender puede ser tan divertido como poderoso.
“Antes, mi relación con la naturaleza no era muy buena porque casi no me interesaba, ahora ya es mejor porque en las últimas semanas he regado las plantas de mi casa y tengo el compromiso de cuidar lo que me rodea como embajadora de la naturaleza”.
— Alumna de la Escuela Héroes de la Naval, Álvaro Obregón, Ciudad de México.
Impacto probado
Un piloto realizado en 2025 mostró resultados alentadores:
● +11.6 Porcentaje de niñas y niños que reconoce entender el papel que tenemos los seres vivos en la naturaleza.
● +21% de niños y niñas que entiende el principio de interdependencia
en la naturaleza.
● 100% de docentes coincidieron en que el programa fortaleció las habilidades socioemocionales y la responsabilidad ambiental de su grupo.