En México, pocas bebidas tienen una conexión tan profunda con las tradiciones como el mezcal. Su historia, su origen oaxaqueño y su presencia en las celebraciones hacen de esta bebida un símbolo que trasciende generaciones.
Y si hay una fecha en la que su espíritu cobra un sentido especial, es el Día de Muertos, cuando el brindis se convierte en homenaje a quienes ya no están.

“Antiguamente, cuando se colocaban los altares o se visitaban los panteones, la gente usaba los vasitos de veladora para servirse mezcal y brindar por sus seres queridos, por lo que disfrutaron juntos y por lo que aún perdura en la memoria. El mezcal es parte de esa celebración ancestral que une la vida con la muerte y el recuerdo con el presente.”
— Gabriela Martínez, directora de marca de Mezcales Casa Armando
Entre lo ancestral y lo moderno
El Mezcal Zignum, originario de Oaxaca, es un destilado que mantiene su alma tradicional, pero también ha evolucionado para conquistar nuevos paladares. En palabras de Martínez, este mezcal es el resultado de unir la herencia artesanal con procesos de calidad controlada que garantizan suavidad y consistencia.
“Trabajamos desde la tierra hasta la botella —cultivamos nuestro propio agave y controlamos cada etapa del proceso—, lo que nos permite ofrecer un mezcal suave, sedoso y fácil de tomar”, explica.
Esta búsqueda de equilibrio ha permitido que más personas se acerquen a este destilado, especialmente quienes antes lo consideraban una bebida demasiado fuerte.

En la última década, la categoría ha evolucionado: de los mezcales intensamente ahumados que conquistaban a los puristas, a opciones más accesibles que funcionan como puerta de entrada al mundo del agave.
“Cuando empezamos hace más de diez años, muchos consumidores sentían que el mezcal era demasiado rasposo. Hoy, el perfil se ha refinado, y eso ha permitido que más gente se enamore de su sabor”, comenta.
Su marca ha sido pionera en crear un mezcal no ahumado, elaborado con agave espadín y un proceso 100% artesanal, que ha logrado presencia internacional en más de 40 países.
“Es el puente perfecto para quienes vienen del tequila y quieren adentrarse en el mezcal. Una vez que lo prueban, se enamoran y después pueden migrar a versiones ahumadas con más complejidad”, añade.

En esta temporada de Día de Muertos, el mezcal se vuelve protagonista de reuniones, altares y brindis. Una de las formas preferidas de disfrutarlo es en cocteles que resalten su versatilidad. Martínez recomienda el coctel Caminante, una propuesta fresca y floral que combina mezcal joven con jugo de guayaba, jugo de limón y jarabe de manzanilla.
“Es muy fácil de preparar, tiene notas suaves y florales que lo hacen ideal para compartir con amigos y familia en estas fechas.” Para quienes prefieren el mezcal derecho, sugiere acompañarlo con una rodaja de naranja y sal de gusano, un clásico que realza los matices del agave.
Una tradición para compartir con respeto
Más allá de las modas, el mezcal conserva su esencia: es una bebida que se comparte, se respeta y se disfruta con conciencia. “Queremos invitar a todos a darle una oportunidad al mezcal. Hay propuestas maravillosas en el mercado, con gran calidad y respeto por la tradición. Eso sí, siempre hay que consumirlo con responsabilidad”, subraya.
Su consejo final es tan claro como simbólico: celebrar la vida con los que están, recordar con cariño a los que se fueron y mantener vivas nuestras costumbres, una copa —o un vasito veladora— a la vez.