Valle de Bravo, Estado de México, es uno de esos lugares donde la naturaleza envuelve cada rincón. Adentrarse en este destino es descubrir el verdor que aún resplandece en el país.
Sus calles empedradas, montañas y, por supuesto, su emblemático lago, ofrecen a cada viajero una experiencia de aventura memorable que querrán repetir cada año.
Ubicado a tan solo tres horas en automóvil desde la Ciudad de México, este es uno de los destinos a los que se puede regresar tantas veces como se desee, convirtiéndolo en el escape perfecto para quienes buscan reconectar con la naturaleza sin alejarse demasiado de la capital.
Además de sus clásicas actividades como el salto en parapente, regatas, paseos en velero y escaladas por la montaña, el centro de Valle se transforma constantemente para ofrecer experiencias de temporada.
Por ejemplo, del 25 de octubre al 2 de noviembre se llevará a cabo el Festival de las Almas, un evento con motivo del Día de Muertos que vestirá de color y tradición sus calles, llenándolas de altares, música y danzas tradicionales.
Si quieres aprovechar esta o cualquier otra temporada para visitar esta tierra rodeada de naturaleza e historia, aquí te dejamos algunas recomendaciones para vivir unos días inolvidables.
Paseo por el lago
Sin lugar a dudas, uno de los atractivos más emblemáticos de Valle de Bravo es su lago, que actualmente se encuentra casi a su máxima capacidad debido a las lluvias recurrentes de la temporada.
Una actividad imperdible son las clásicas regatas y paseos en velero que recorren todo el espejo de agua.
Durante estos paseos, los visitantes pueden disfrutar de recorridos relajantes donde la embarcación se deja llevar por las corrientes de aire, navegando gran parte de los 21 kilómetros cuadrados de extensión del embalse.
El sonido del agua, las brisas suaves y los tenues rayos del sol crean un viaje apacible donde la conversación fluye naturalmente y las vistas del valle se graban en la memoria de quienes lo visitan.
Aventura en escalada
La composición geográfica de Valle de Bravo es una de sus características más especiales. Debido a su estructura montañosa, sus elevaciones varían entre los mil 200 y 3 mil 200 metros sobre el nivel del mar.
Esta topografía ha propiciado la creación de distintos senderos por los que los amantes del senderismo pueden realizar emocionantes recorridos.
Cada uno representa un reto diferente, hay desde planicies accesibles hasta empinadas que desembocan en peñascos donde la vista recompensa el esfuerzo con paisajes incomparables del valle en todo su esplendor.
Uno de los recorridos más recomendados es La Peña, un mirador natural que cautivará y pondrá a prueba a cualquiera que se aventure a recorrerlo.
Aunque algunas pendientes se alargan un poco y representan cierto desafío, en realidad el camino no es tan extenso y cualquier persona con condición física regular puede completarlo sin exigirse demasiado.
La recompensa vale completamente la pena: en la cima encontrarás un altar dedicado a la virgen, regularmente visitado por peregrinaciones, por lo que verás ofrendas florales y adornos.
Pero lo más impresionante son las vistas panorámicas, desde este punto se puede apreciar casi la totalidad de la región en un espectáculo visual inigualable.
Dónde hospedarse
En este lugar, las opciones de hospedaje con vistas al lago hacen de cualquier visita una experiencia grata.
Si buscas alojarte en un lugar que conserve la atmósfera rústica del pueblo y despertarte con los primeros rayos del sol cayendo sobre el lago e iluminando el valle, una de las mejores opciones es Hotel Santa Rosa.
Este establecimiento se encuentra en lo alto de Valle de Bravo y cuenta con habitaciones para todo tipo de huéspedes, jacuzzi, alberca y servicio de restaurante a la carta que ofrece platillos elaborados con ingredientes locales.
Las mejores comidas del Valle
Ubicado en el pintoresco Callejón de la Machinhuepa, en pleno corazón del pueblo mágico, La Machinhuepa es un restaurante que sirve comida tradicional mexicana, cafés y postres en un espacio pequeño pero sumamente agradable.
Este lugar se ha ganado el cariño de locales y visitantes por su atmósfera acogedora y sus balcones con vista a una de las calles más fotogénicas de Valle.
El menú cuenta con grandes desayunos en donde destacan sus hot cakes, pan fránces y sus famosos chilaquiles con cecina, ideales para empezar un día de aventura
Para los amantes de la cocina italiana, Piola es un restaurante ubicado en la zona de Avándaro que se especializa en pizzas de masa delgada elaboradas en horno de leña y una variedad de pastas frescas.
El ambiente es familiar y relajado. Entre sus platillos más elogiados se encuentran las pizzas con jamón serrano, queso brie y roquefort, mientras que la pizza de nutela es uno de los postres de las favoritos de los comensales, así que no te la puedes perder por nada del mundo.
La porción de pizzas es generosa y los precios son razonables. Además, el restaurante cuenta con la posibilidad de dividir pizzas grandes en dos variedades de ingredientes, y ofrece servicio de entrega a domicilio y comida para llevar.