Inmensa e indomable, la Patagonia argentina se ha convertido en un imán para turistas extranjeros que buscan conocer de primera mano, la majestuosidad de la región que, en primavera, regala sus más hermosos paisajes en medio de un clima inmejorable.
En ese contexto, es Tierra del Fuego la provincia argentina más austral del mundo: debido a su ubicación, es conocida como ‘El Fin del Mundo’. Rodeada por el Canal Beagle y los picos nevados de la Cordillera de los Andes, también funciona como la puerta de entrada a la Antártida.
Allí, la joya indiscutida es su capital, Ushuaia, que se encuentra a más de tres mil kilómetros de Buenos Aires.

Dentro de la gran variedad de experiencias que ofrece, en esta nota seleccionamos seis imperdibles —algunos clásicos y otros menos conocidos— que integran un circuito más amplio por la ciudad.
¿Por qué viajar al fin del mundo?
Elegir viajar a la Argentina y llegar hasta la provincia más austral del país es, según Martín Bianchi, director de Promoción Turística del INFUETUR, una experiencia única: “Cuando llegás al Fin del Mundo sentís que estás lejos de todo.
Cada momento se vuelve una oportunidad para conectarte con el paisaje… y con vos mismo. La naturaleza, la fauna y los paisajes transmiten una sensación de armonía y libertad que cuesta poner en palabras”, sostiene.
Además, asegura que “descubrir el Fin del Mundo es encontrarte con uno de los lugares más puros e imponentes del planeta”.
1. Para aventureros
La Ruta Nacional 3 es la principal vía que atraviesa Tierra del Fuego y por ella, a unos 18 kilómetros del centro de Ushuaia se accede vía terrestre a Laguna Esmeralda, un lugar ideal para el trekking.

2. Gastronomía única
Ushuaia no sólo ofrece paisajes deslumbrantes, sino que su gastronomía es reconocida como una de las más exquisitas del país. La Estancia Harberton, a unos 85 kilómetros de la ciudad, es todo un emblema de la región.
Fue fundada en 1886 y ofrece un paseo que combina historia, ciencia, naturaleza y gastronomía. Dentro del establecimiento funciona la Casa de Té Acawaia ubicada en la antigua casa principal.
Allí se puede degustar la repostería tradicional de la familia: torta de ruibarbo, chocolate, manzana, limón y canela, scones y galletas caseras.
3. Vistas inolvidables
Pero si de postales se trata, no hay una más emblemática que la del Faro Les Éclaireurs (“Los exploradores”) o Faro del Fin del Mundo —aunque, en realidad, el verdadero faro más austral, San Juan de Salvamento, se encuentra al este de la provincia, en la Isla de los Estados—, emplazado en el Canal Beagle.
Desde 1920 su linterna brilla frente a las costas de la bahía de Ushuaia. Es una de las excursiones típicas, que consta de una navegación en catamarán de aproximadamente tres horas hasta el faro, pasando por las islas de los Lobos y de los Pájaros.

4. Viaje por las vías más emblemáticas
Otra de las excursiones predilectas de los visitantes es el viaje en el Tren del Fin del Mundo. La historia del mítico transporte se remonta al siglo pasado: alguna vez trasladó a los presos que cumplían sentencia en el presidio del fin del mundo.
El recorrido de ida y vuelta, incluyendo las paradas, dura poco menos de dos horas y atraviesa parte del increíble Parque Nacional Tierra del Fuego.

5. Recorrido por la isla
Entre Ushuaia y Río Grande -una de las tres localidades de la isla- se encuentra Tolhuin, una pequeña ciudad de ensueño de poco más de seis mil habitantes. El gran atractivo allí es el Lago Fagnano, uno de los más grandes de la región.
Los visitantes también suelen disfrutar el paisaje paradisíaco haciendo senderismo, ciclismo y cabalgatas, además una gastronomía local que sorprende por sus sabores.

6. El fin del mundo
Por último, ubicado a sólo 75 kilómetros de Ushuaia, Puerto Almanza es el asentamiento más austral de Argentina en la costa del Canal Beagle.
Allí, los pescadores desafían las aguas frías en busca de su tesoro más preciado: la centolla, un manjar natural que, sumados a las cholgas, erizos, róbalo, mejillones, truchas y salmones, es un verdadero deleite para el paladar.

