Por primera vez en el país, las parejas que buscan un tratamiento de fertilidad tienen acceso a tecnología de optimización genética que hasta hace poco solo estaba disponible en clínicas especializadas de Estados Unidos y Europa.
Se trata de Nucleus Embryo, un software pionero desarrollado por Kian Sadeghi, un emprendedor de apenas 25 años, que analiza el perfil genético completo de los embriones antes de su implantación.
“La tecnología de prueba genética ha avanzado rápidamente en los últimos 20 años. Lo que solía costar mil millones de dólares —leer todo tu ADN, como un libro de mil páginas— hoy cuesta un par de cientos de dólares”, explica Sadeghi.

Esta revolución en los costos ha democratizado el acceso a información genética detallada, tanto para adultos como para embriones en proceso de fertilización in vitro.
La Clínica de la Fertilidad (CdelaF), ubicada en la Ciudad de México, es la primera en el país en ofrecer esta tecnología en exclusiva, junto con otra innovación clave; la incubadora EmbryoScope+, que permite observar el desarrollo de los embriones en tiempo real sin necesidad de sacarlos de su entorno controlado.
¿Cómo funciona la optimización genética?
El proceso comienza antes incluso de la fertilización in vitro. Ambos padres proporcionan una muestra de saliva que se analiza para identificar su perfil genético completo, Nucleus revisa hasta 2 mil genes.
Algunos de ellos pueden estar asociados a enfermedades muy graves, otros no tanto. Lo primero que hace el programa es ofrecerte conocimiento de tu ADN”, explica el Dr. Enrique Cervantes, director de CdelaF.

Este análisis permite a las parejas conocer qué genes portan y cuál es el riesgo de transmitir ciertas condiciones a sus hijos. “Ese match entre la pareja puede ayudar a seleccionar un embrión que tenga menor riesgo en la vida”, añade Cervantes.
Una vez realizado el análisis de los padres, comienza el proceso de fertilización in vitro tradicional: la mujer recibe medicamentos que estimulan la producción de óvulos durante aproximadamente 10 días.
Estos óvulos son extraídos y fertilizados con espermatozoides en el laboratorio. Los embriones resultantes se colocan en la incubadora EmbryoScope+, donde permanecen entre cinco y seis días dividiéndose y creciendo.
La revolución en la incubación
Antes de esta tecnología, los embriólogos debían sacar los embriones de las incubadoras cada cierto tiempo para evaluarlos bajo el microscopio, exponiéndolos a cambios de temperatura y condiciones que podían afectar su desarrollo.

“La incubadora saca una fotografía cada 20 minutos durante esos cinco días de desarrollo embrionario. Esto permite ver desde antes cuáles son los embriones que tienen mayor potencial de llegar al quinto día”, explica Cervantes.
El sistema cuenta con 15 cámaras integradas y utiliza inteligencia artificial para analizar patrones de división celular, identificando los embriones con mayores probabilidades de éxito.
Al quinto día, los embriones que han alcanzado el estadio de blastocisto —la etapa ideal para implantación— son evaluados. Se les toma una pequeña muestra celular que se analiza junto con la información genética de los padres previamente obtenida.

Más allá de prevenir enfermedades
Nucleus Embryo va más allá de la simple detección de enfermedades hereditarias. El software, regulado bajo normativas estadounidenses, evalúa genes asociados a condiciones metabólicas, diversos tipos de cáncer, enfermedades cardíacas y padecimientos de la piel.
También ofrece información sobre características físicas como altura, complexión e incluso rasgos como el color de ojos.
“Como padres, no solo quieres que tus hijos estén libres de enfermedades. También quieres que tu hijo tenga más. Quieres dar lo máximo que puedas”, reflexiona Sadeghi. “La genética es otro modo de ayudar a los padres a dar al hijo el mejor comienzo en la vida”.
Sin embargo, los especialistas son claros: los genes son solo la base. “Puedes tener los mejores genes, pero si al final del día no entrenas lo suficiente o no vas a la escuela, esa optimización genética va a fallar.

Acceso para todos
Una de las ventajas más significativas de esta tecnología es su accesibilidad. El test de ADN con saliva está diseñado para la población general, no solo para parejas que buscan tratamientos de fertilidad.

“No tienes que ir con un doctor. Toda la población puede hacer el test de saliva, conocer su historial de ADN, acercarse con su pareja y decir: si nosotros nos reprodujéramos, ¿cuál sería nuestro riesgo genético real?”, explica Cervantes.
La plataforma permite incluso hacer “matches genéticos” con diferentes parejas, funcionando como una aplicación que democratiza el acceso al conocimiento genético. “Es una aplicación que viene a cambiar el juego”, asegura el especialista.

