Educación

Sano, salvaje y sabio, un llamado a reconectar con el cuerpo y la naturaleza

La nutrióloga Nathaly Marcus propone una nueva forma de bienestar basada en la sabiduría ancestral y la ciencia moderna. Su libro invita a volver al cuerpo, la naturaleza y los ritmos que nos sanan

Nathaly Marcus
Este no es un manual de fórmulas rígidas ni de soluciones mágicas, es una invitación valiente a reencontrarte con el poder que siempre has albergado: el de sanar desde tu naturaleza. (Freepik)

La salud no siempre nace de la comodidad, y Nathaly Marcus lo sabe bien. Tras una cirugía de cuello que la obligó a vivir más de tres años con dolor constante, la nutrióloga funcional y conferencista mexicana encontró en la adversidad una maestra.

De esa experiencia surgió Sano, salvaje y sabio, su más reciente libro, una invitación a regresar a lo esencial: al cuerpo, a la naturaleza y a esa sabiduría que, en palabras de la autora, “ha sobrevivido millones de años y sigue siendo la más poderosa de todas”.

Nathaly Marcus
Nathaly Marcus La autora te recuerda una verdad poderosa: sanar no es un lujo, sino un regreso a tu naturaleza instintiva, cíclica y profundamente sabia. (Cortesía)

Marcus, reconocida por su trabajo en medicina funcional y fundadora del centro Bienesta, ha dedicado más de dos décadas a investigar la relación entre cuerpo, mente y emoción. En su conversación con Publimetro, la especialista explica que el libro combina ciencia de vanguardia y conocimiento ancestral para guiar a las personas hacia una longevidad plena y consciente.

“Vivimos con la ilusión de que la tecnología y los avances científicos nos harían más sanos, pero la paradoja es que estamos más enfermos que nunca”, dice con firmeza. “Hemos sustituido la luz natural por la artificial, el movimiento por el sedentarismo y los alimentos reales por productos ultraprocesados. Nos hemos desconectado de nuestra naturaleza salvaje”.

Nathaly Marcus
Es autora de varios libros, entre ellos, Secretos para mantenerte sano y delgado y el recetario Healthaddiction. (Freepik)

Esa desconexión, explica, tiene consecuencias profundas: fatiga crónica, ansiedad, desequilibrios hormonales y una sensación de vacío emocional que muchas veces confundimos con estrés cotidiano. En su libro, Marcus propone volver a la “incomodidad inteligente”, un concepto que invita a habitar el malestar para fortalecer cuerpo y mente. “El ser humano necesita atravesar el frío, el calor, el ayuno o la incertidumbre para hacerse resiliente. Vivimos demasiado protegidos, buscando siempre el confort, y eso nos debilita”, afirma.

Desde su mirada, la salud integral no se trata solo de comer bien o hacer ejercicio, sino de reconectar con los ciclos naturales del cuerpo: los ritmos circadianos, la luz del día, la oscuridad reparadora de la noche y, en el caso de las mujeres, los ciclos lunares que rigen su energía. “El estrés es el ladrón de las hormonas. Cuando vivimos en modo supervivencia, el cuerpo deja de producir las sustancias que nos dan vitalidad y placer. Necesitamos volver a sentirnos a salvo en nuestro propio cuerpo”, apunta.

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Este libro es mucho más que una guía de salud: es una travesía transformadora, que combina ciencia de vanguardia, sabiduría ancestral y la íntima experiencia personal de la autora. (Cortesía)

El término biohacking, que puede sonar sofisticado o extremo, también adquiere un sentido más humano en su voz. “Biohackearte es aprender a reprogramar tu biología con hábitos simples y gratuitos: dormir a oscuras, cenar temprano, ver la luz del sol al despertar, moverte todos los días, conectarte con la tierra. No se trata de vivir más años, sino de vivirlos bien”, explica.

Para Marcus, la verdadera revolución del bienestar comienza con un acto de responsabilidad personal. “Nos cuesta comprometernos con nuestra salud. Siempre hay un pretexto: no tengo tiempo, es caro, no sé meditar. Pero la salud no está afuera, está en ti. Se trata de construir rituales que te conecten con el disfrute, no con la culpa”, dice.

Entre consejos, ejemplos y reflexiones, Sano, salvaje y sabio se convierte en un recordatorio de que la vida plena no se persigue en laboratorios ni en redes sociales, sino en los pequeños gestos cotidianos: caminar bajo el sol, respirar profundo, reír, agradecer, comer lo que da la tierra y estar presente en el instante.

“Ser un ser humano funcional —resume Marcus— es vivir en salud y bienestar la mayor parte del tiempo, sin olvidar el placer. Un 80% de cuidado, un 20% de gozo, sin culpa. El cuerpo sabe qué hacer si confiamos en él”.

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