En Ushuaia, Argentina, donde la última columna de los Andes se hunde en el mar helado y el viento huele a aventura, está por nacer un nuevo refugio pensado para quienes viajan en busca de naturaleza extrema sin renunciar al confort.
En este rincón mítico de la Patagonia, famoso por ser la puerta de entrada a la Antártida, Minor Hotels confirmó la expansión de su marca Anantara en América Latina con la apertura del nuevo Anantara Ushuaia Patagonia Resort.

Lejos de los destinos saturados y de los hoteles que podrían estar en cualquier parte del mundo, este complejo —frente al canal Beagle y a pasos del Parque Nacional Tierra del Fuego— apuesta por una hospitalidad inmersiva, sostenible y profundamente conectada con el entorno. Su diseño forma parte del plan maestro Costa Susana, un proyecto reconocido internacionalmente por su innovación ambiental y por ser el primer desarrollo inmobiliario neutro en carbono de Argentina.
El resort abrirá con apenas 60 habitaciones y suites, un número deliberadamente íntimo para mantener esa sensación de aislamiento patagónico que tanto seduce a los viajeros. Habrá un spa al nivel del mar para descongelar el cuerpo después de una jornada al aire libre, propuestas gastronómicas inspiradas en ingredientes australes y espacios pensados para quienes combinan trabajo y aventura.

La experiencia girará en torno a lo esencial: observar cómo cambia la luz sobre las montañas, sentir el crujido del bosque fueguino bajo los pies, escuchar al guía contar historias del “fin del mundo” mientras se navega entre glaciares o se recorren las últimas vías del Tren del Fin del Mundo. En invierno, el esquí vuelve parte de la magia. En verano, los cruceros antárticos convierten el check-out en el inicio de una expedición.

Aunque detrás del proyecto está un grupo hotelero internacional y socios locales con décadas de experiencia, la apuesta no es imponer un sello, sino interpretar el destino. Los desarrolladores insisten en que este será un punto de encuentro entre lujo y propósito: un hotel que busca integrarse al paisaje, protegerlo y —sobre todo— invitar a descubrirlo.
El resort estará situado a pocos minutos del aeropuerto internacional de Ushuaia, que conecta con Buenos Aires y otros destinos nacionales, lo que permitirá llegar fácilmente a uno de los escenarios naturales más impactantes —y aún poco explorados— del hemisferio sur.
Este nuevo resort se perfila como la nueva puerta a uno de los últimos territorios verdaderamente salvajes del planeta. Un lugar para quienes quieren dormir al borde del mundo… y despertar con la Patagonia en primera fila.

