Cada 19 de noviembre, la ONU conmemora el Día Mundial del Retrete para recordarnos algo que casi nadie menciona, pero que afecta a millones de personas: tener acceso a un baño digno sigue siendo un privilegio.
Y es que en los últimos años, las personas han entendido al baño como un lugar que se puede convertir en un espacio dedicado al autocuidado, en donde un retrete digno y limpio ocupa un lugar fundamental para contar con un espacio pulcro y dedicado al autocuidado.
La importancia de un inodoro digno
Aunque puede parecer un tema menor, detrás de un inodoro limpio y funcional se esconde un tema de salud pública, bienestar y dignidad humana.
De acuerdo con la ONU, tres mil 400 millones de habitantes en el mundo no cuentan con saneamiento seguro, y dos mil 200 millones viven sin acceso a agua potable confiable.
En América Latina, la situación tampoco es alentadora: cerca de 443 millones de personas carecen de infraestructura sanitaria adecuada, lo que se traduce en enfermedades prevenibles, ausentismo escolar y laboral, y una pérdida silenciosa de calidad de vida.

La falta de saneamiento está directamente relacionada con infecciones gastrointestinales, enfermedades respiratorias e incluso brotes epidémicos, que podrían evitarse con algo tan básico como un baño limpio.
De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que mejorar las condiciones de agua y saneamiento podría reducir hasta en 10% la carga global de enfermedades.
Los retretes en México
En México, el panorama también preocupa: el 57 % de la población no tiene acceso a agua segura y el 37 % carece de un inodoro adecuado, según datos de Water.org.
En espacios públicos, oficinas, hospitales o escuelas, los baños mal equipados o con mantenimiento deficiente representan un riesgo sanitario que impacta la productividad, el bienestar y la experiencia de los usuarios.

Tener acceso a instalaciones higiénicas debería ser un derecho humano básico, no un privilegio.
Cómo tener un baño limpio
En este contexto, Tork, marca líder global en higiene profesional, busca visibilizar la importancia de los llamados “baños resilientes”: espacios diseñados para mantener altos estándares de limpieza y garantizar disponibilidad, incluso en momentos de alta demanda.
Sus sistemas de dispensado sin contacto y soluciones de alta capacidad contribuyen a reducir la propagación de gérmenes, mejorar la eficiencia operativa y asegurar que la higiene esté siempre al alcance de todos.
Un baño limpio no debería ser un lujo, los espacios sanitarios tienen un papel fundamental en la salud pública y en la dignidad de las personas. Porque sí, el retrete merece su propio día.

