Hay festivales que se viven como un simple fin de semana y otros que se sienten como parte de la historia. Este año, la Ciudad de México volvió a ser el punto de encuentro de miles de viajeros, melómanos y soñadores que encontraron en tres días de música una manera distinta de celebrar un siglo de tradición mexicana.
El Corona Capital cumplió quince ediciones y, más que un festival, se transformó en un homenaje vivo a esa cultura que inspira a dar siempre un poco más: más energía, más emoción, más memoria colectiva.

Por eso, 2025 no solo reunió a los nombres más grandes del rock y el indie —de Foo Fighters y Linkin Park, a Chappell Roan, Vampire Weekend, Queens of the Stone Age y Deftones— sino que convirtió al Autódromo Hermanos Rodríguez en el escenario de una celebración que unió generaciones. Fueron 236 mil asistentes los que llenaron la capital del 14 al 16 de noviembre con un entusiasmo que se sentía en cada rincón del recinto.
Antes de llegar a la CDMX, la fiesta viajó por distintas ciudades del país: Guadalajara, Mérida y Monterrey sumaron su propia vibra a la ruta y se unieron con shows de drones que iluminaron el cielo en homenaje a la esencia de cada región.

La experiencia no solo llevó música, también identidad. Incluso se lanzaron ediciones especiales intervenidas por el artista mexicano Pogo, convertidas ahora en piezas que muchos desean conservar como recuerdo de este aniversario.
Ya en la capital, el festival se sumó a la cultura mexicana con el espacio “Hecho en México”, una colaboración entre Grupo Modelo y la Secretaría de Economía que celebró la calidad nacional y el consumo responsable. Entre talento, tradición y una comunidad vibrante, el stand funcionó como un recordatorio de que los grandes festivales también pueden ser plataformas para reconocer lo que somos.

Durante un siglo, una cerveza mexicana ha acompañado celebraciones, sobremesas, viajes y encuentros. Un siglo en el que millones la han hecho suya. En esta edición del festival, esa historia se sintió más presente que nunca: no como un dato, sino como una energía que unió a los asistentes en un mismo espíritu festivo.
La quinceava edición del Corona Capital no solo marcó un aniversario; fue la prueba de que la música sigue siendo uno de los espacios más poderosos para celebrar quiénes somos y hacia dónde vamos. Y si algo dejó claro este fin de semana es que la historia continúa… con más música, más encuentros y más de ese Extra que convierte un festival en un recuerdo inolvidable.

