La temporada navideña llegó oficialmente a la ciudad con un espectáculo lleno de luces, música y fantasía. Desde el pasado 15 de noviembre, Hasbro City, uno de los recintos familiares más queridos de la capital, se transformó por completo para dar vida a un invierno juguetón donde cada rincón invita a celebrar, reír y crear recuerdos que se sienten hechos para durar.

La ceremonia de encendido del gran árbol marcó el inicio de esta fiesta luminosa: una bienvenida brillante que anunció la llegada de Jingle Fest, una experiencia que envuelve a niños y adultos en un ambiente festivo lleno de colores, sabores y personajes que este año aparecen vestidos especialmente para la ocasión. Entre decoraciones temáticas, postres inspirados en la temporada y música que se escucha desde cada pasillo, el lugar se convierte en un refugio ideal para reencontrarse con la ilusión decembrina.

Uno de los momentos más esperados —y que año con año roba sonrisas— es el Desfile Navideño. Un recorrido vibrante que combina coreografías, juegos de luces y la presencia de figuras icónicas del universo infantil, todas con sus atuendos festivos. Es el tipo de espectáculo que hace que los niños abran los ojos de par en par y que los adultos se contagien del entusiasmo sin siquiera intentarlo.

Para quienes visitan en familia, el taller de arte se convierte en una parada obligada. Ahí, los más pequeños pueden escribir su carta a Santa Claus y depositarla en el Buzón Navideño, acompañados de personajes que se aseguran de que cada mensaje emprenda su viaje hacia el Polo Norte. Es un ritual sencillo, pero lleno de esa magia que solo diciembre puede ofrecer.

A partir del 1 de diciembre, la experiencia suma un gesto especial: una iniciativa en alianza con Juguetón que invita a los visitantes a donar un juguete nuevo para llevar alegría a niñas y niños que lo necesitan. Como agradecimiento, recibirán un 3x2 en boleto regular, convirtiendo la visita en un acto que además de divertido, también es significativo.
Antes de despedirse, las familias pueden recorrer la tienda del recinto, donde los regalos temáticos se vuelven parte del encanto. Y si el espíritu dulce de la temporada llama, basta con caminar unos pasos para llegar a un espacio inspirado en un mundo de golosinas que parece salido de un cuento.
Con juegos, espectáculos, tecnología y experiencias pensadas para que cada integrante de la familia encuentre algo que le haga sonreír, este lugar vuelve a posicionarse como uno de los imprescindibles para disfrutar la Navidad en la ciudad. Un lugar donde la fantasía toma forma, la imaginación se enciende y la celebración decembrina encuentra un hogar perfecto.

