Las políticas arancelarias de Donald Trump podrían asestar un duro golpe a la economía mexicana, estrechamente vinculada a la del vecino estadounidense, y que durante décadas se ha visto impulsada por las exportaciones, especialmente en el sector automovilístico. La incertidumbre se cierne sobre la industria automotriz mexicana, que cuenta con importantes centros de producción de empresas internacionales.