La manifestación de estudiantes de la Escuela Normal Rural “Carmen Serdán” de Teteles de Ávila Castillo, se salió de control y quemaron una unidad del sistema de transporte RUTA, tras rechazar participar en una mesa de diálogo con el gobierno estatal.
Los disturbios se registraron sobre el bulevar 5 de Mayo, a la altura de la Iglesia de San Francisco, donde los manifestantes incendiaron llantas y una unidad de la línea de transporte público quedó completamente destruida, acto hecho por hombres encapuchados, según videos que se viralizaron en redes sociales.
Este miércoles, tras los actos de vandalismo, las autoridades detuvieron a los responsables sobre la Calzada Zaragoza, a la altura de Parque Puebla, con un despliegue de casi 100 policías, mientras intentaban huir en una unidad de transporte.
El conflicto comenzó el pasado 27 de agosto, cuando la representación estudiantil canceló la mesa de trabajo convocada por la Secretaría de Educación Pública del Estado (SEP) debido a que se exigía la participación de personas ajenas a la institución que no acreditaron su relación con las estudiantes.
La negativa impidió avanzar en las negociaciones sobre sus demandas, que incluyen la destitución de directivos.
La SEP Puebla reafirmó su compromiso con la transparencia, la legalidad y el diálogo abierto con toda la comunidad educativa, rechazando versiones que apuntan a supuestas negativas o actos de intimidación.
La dependencia aseguró que mantiene las puertas abiertas para atender a las estudiantes, siempre bajo los principios de legalidad y respeto a los derechos humanos.
Por su parte, el Sistema RUTA informó que tres unidades de la Línea 3 —U346, U343 y U238— resultaron afectadas por los actos de vandalismo, afectando el servicio diario a miles de usuarios. Las unidades permanecen detenidas en el lugar de los hechos y serán canalizadas para su rehabilitación inmediata, con el objetivo de reincorporarlas a la operación lo antes posible y garantizar seguridad y servicio a los usuarios.
Estos hechos ponen en evidencia la tensión entre la comunidad normalista y las autoridades estatales, así como los riesgos que los actos de violencia representan para la seguridad urbana y la movilidad en Puebla.