El gobernador de Puebla, Alejandro Armenta Mier, anunció que el saneamiento del río Atoyac dejará de ser un tema relegado para convertirse en un asunto de prioridad nacional, luego de décadas de abandono y corrupción gubernamental que lo llevaron a figurar entre los afluentes más contaminados del país.
El mandatario reveló que este año se destinarán 395 millones de pesos a un plan hídrico integral, con la proyección de alcanzar una bolsa de mil 500 millones para 2026.
“No podemos seguir heredando omisiones; el rescate del Atoyac es un compromiso de Estado”, sostuvo.
En la estrategia participa el comisionado del Gobierno de México para el rescate del río, Alejandro Isauro Martínez Orozco, quien confirmó que ya se contrataron obras por 234 millones de pesos. Estas acciones eliminarán 210 descargas directas en cuatro municipios, avanzando en la parte alta de la cuenca hacia la presa de Valsequillo.
Estimó que al cierre de 2025 el progreso físico rondará entre 5 y 10%, con la meta de entregar 30 kilómetros saneados en 2026.
El director de la Comisión Estatal de Agua y Saneamiento (Ceaspue), Alberto Jiménez Merino, detalló que los dos primeros tramos del plan abarcan nueve municipios con una inversión de 161 millones de pesos para instalar plantas de tratamiento, biodigestores y colectores marginales. En el diagnóstico se han detectado 566 descargas residuales, de un total superior a 2 mil 300 en toda la cuenca, además de 269 tiraderos clandestinos y 9 mil 882 hectáreas deforestadas.
La secretaria de Medio Ambiente, Rebeca Bañuelos Guadarrama, informó que se aplican soluciones innovadoras: parte del lirio acuático acumulado en Valsequillo se aprovechará para producir biofertilizante y adoquines, además de emplearse en programas de reforestación. Para ello, ya se han invertido 42.7 millones de pesos con la meta de sembrar 1.7 millones de plantas en mil 322 hectáreas.
El anuncio del plan marca un viraje en la política ambiental poblana: por primera vez se busca articular inversión federal y estatal, innovación tecnológica y acciones de reforestación con un solo objetivo, rescatar al Atoyac y revertir la herencia de contaminación que por años simbolizó la indiferencia de los gobiernos pasados.