Ser gobernador es mi más alto honor, y no estoy interesado en otra cosa, atajó el gobernador Alejandro Armenta Mier los señalamientos mediáticos que lo vinculan con una aspiración presidencial a futuro, haciendo énfasis en que no está haciendo carrera política como en su momento lo hizo el exgobernador Rafael Moreno Valle.
A unos días de cumplir un año al frente del gobierno estatal, el mandatario aseguró que ha ejercido su función con honestidad, disciplina y sin ambiciones que lo distraigan del encargo para el que fue electo.
Señaló que gobernar implica enfrentar diariamente la “tentación del poder”, una frontera delicada entre la honradez y la deshonestidad a la que no todos sobreviven.
“Un líder democrático puede terminar siendo un dictador y no darse cuenta. Hay muchos ejemplos en la historia”, advirtió al reflexionar sobre el comportamiento de quienes se dejan corromper por la influencia del cargo.
Armenta recordó que, luego del debate a la gubernatura en mayo de 2024, asumió dos compromisos personales: prometer a su padre que sería un gobernador honesto y garantizar a su esposa e hijos que nunca se dejaría corromper por el poder. “Lo puedo decir frente a quien sea: no me he corrompido. Ser justo y aplicar la ley, hasta hoy, lo he cumplido”, afirmó.
El gobernador destacó que se encuentra “consagrado” a la función pública y que no se permitirá distracciones de ningún tipo. “Soy muy exigente y no me gustan las complacencias. Los poblanos me dieron el honor de servir y es el más alto honor. No tengo interés en ninguna otra cosa”, reiteró.
Armenta insistió en que es intolerante a la corrupción, a la indiferencia y a cualquier abuso de poder dentro de su administración. Por ello, dijo, su gobierno se ha conducido con firmeza, transparencia y disciplina institucional.
Finalmente, aseguró que presentará su primer informe de gobierno con resultados concretos y adelantó que, durante el resto del sexenio, su compromiso es profundizar los proyectos que impulsen el desarrollo económico y social de Puebla.

