En días pasados, el Congreso del Estado aprobó una iniciativa que le permite al Gobierno de la entidad solicitar un préstamo por 3 mil 300 millones de pesos, los cuales, según se ha dicho, serán destinados a proyectos de agua, energía, infraestructura y movilidad.
Este hecho representa una importante oportunidad para desarrollar una nueva infraestructura urbana capaz de mitigar los efectos del cambio climático, lo cual es sin duda uno de los mayores desafíos que enfrenta Querétaro, si verdaderamente quiere ser llevado al siguiente nivel.
Una realidad innegable es que las zonas urbanas de Querétaro han comenzado a experimentar los efectos del cambio climático como las prolongadas sequías que aumentan la demanda de agua, olas de calor o tormentas más intensas, todo ello, sin contar con una adecuada y suficiente infraestructura urbana para hacer frente a esta problemática.
Por ello, ante el anuncio gubernamental de invertir en el desarrollo de nuevas obras de infraestructura, hacen preciso que se realicen considerando las novedosas condiciones ambientales en las que nos encontramos y, por ende, diseñarlas para reducir los impactos y garantizar la seguridad de quienes aquí residimos.
Por ejemplo, en materia hídrica requerimos de sistemas de drenaje pluvial sostenible para gestionar las inundaciones, techos verdes para absorber el agua de lluvia y reducir la temperatura.
También se necesita desarrollar una infraestructura urbana orientada a la mitigación de emisiones de gases de efecto invernadero, para lo cual se debe promover la movilidad sostenible a través de la construcción de redes de transporte público eficientes, la implementación de ciclovías y la integración de tecnologías limpias en los vehículos transporte público, lo cual puede disminuir la dependencia de los automóviles particulares y reducir las emisiones contaminantes.
En el rubro de energía, se debe de privilegiar su generación a través alternativas limpias y renovables, junto con la construcción de edificios inteligentes que contribuyan a la reducción de las emisiones y disminuyen los costos para sus inquilinos.
Desde luego que se debe aumentar la creación de espacios verdes en las ciudades, no solo para reducir las islas de calor y la temperatura, también para mejorar la calidad del aire.
Una infraestructura urbana concebida y diseñada para reducir los efectos del cambio climático, mejoran la calidad de vida de sus habitantes, a la vez que promueve un entorno más saludable y agradable para las personas, lo que fomenta la interacción social, la cohesión comunitaria, disminuye la violencia y fomenta la paz.
El desarrollo de este tipo de infraestructura urbana capaz de mitigar los efectos del cambio climático es crucial para garantizar no solo un futuro sostenible y resiliente en Querétaro, también nos lleva al siguiente nivel de desarrollo.
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