El próximo 7 de octubre, por segundo año consecutivo, la Diócesis de Querétaro ha invitado a los diversos sectores de la sociedad en nuestra entidad, a la firma de un compromiso para trabajar por la paz y las causas sociales.
En este contexto, algunos integrantes del sector empresarial nos comprometemos y reconocemos que el desarrollo y la justicia social, son factores indispensables para la construcción de una cultura para la paz y la seguridad.
En consecuencia, como sector productivo debemos encaminar nuestros esfuerzos para abatir la pobreza en nuestro estado, que atenta contra el bienestar de las personas e inhibe el pleno ejercicio de otros derechos sociales como la educación, la salud, la protección y seguridad social, la vivienda digna o la adecuada alimentación. Todo lo anterior, crea barreras de movilidad social e impide superar las condiciones de pobreza.
Trabajar por una cultura para la paz debe de interpelar a nuestra conciencia y, como miembros de la sociedad civil, buscar incidir desde nuestro metro cuadrado de acción e influencia, en el cambio de las condiciones estructurales de injusticia existentes, que en el mundo del trabajo se manifiestan con bajos ingresos y la carencia de seguridad social de muchos de nuestros colaboradores.
Por ello, una herramienta de cambio favorable, muy concreta y poderosa, la encontramos en los salarios que se pagan, atendiendo a lo establecido en nuestra constitución, al señalar que deben ser suficientes para sostener a quien trabaja y otra persona.
Sin embargo, la realidad muestra que al menos 6 de cada 10 personas que trabajan, carecen del ingreso suficiente para superar el umbral de pobreza familiar, es decir, ganan menos del costo de dos canastas básicas que equivaldrían a un ingreso mínimo de 8,600 pesos.
La justicia social nos obliga en Querétaro a aspirar lograr que las empresas tengan nóminas libres de salarios de pobreza y paulatinamente contar con un salario digno, entendiéndolo como la remuneración que permite a los trabajadores y sus familias satisfacer sus necesidades básicas, vivir con dignidad y tener un nivel de vida adecuado, el cual en la actualidad oscila entre los 11,000 y 13,000 mil pesos para los niveles más modestos de la organización.
Si queremos construir una cultura para la paz, debemos comenzar por la justicia en todos sus ámbitos, incluyendo el empresarial y, por ende, impulsar la adopción del salario digno, teniendo claro que la mejora del ingreso laboral es el motor y causa principal de la reducción de la pobreza.
Lograr un Querétaro con justicia y paz, es una tarea que nos convoca y compromete a todos.
Espero sus comentarios en mi X @EUribarren
