Para hablar de la importancia del arte en la vida del ser humano me gustaría empezar citando la frase de Goethe
Quien posee ciencia y arte también tiene religión; quien no posee una ni otra, ¡tenga religión!”
(Goethe,De las poesías póstumas VII,1833)
Desde este punto de vista el arte es un medio que utiliza el hombre para sobrellevar los embates de la vida, una forma de expresar y conectar con el otro, de empatizar los sufrimientos ajenos, de sobrellevar la existencia, de hacer comunidad.
Para Freud el arte es también un medio de satisfacciones sustitutivas; un refugio fugaz ante los azares de la existencia, gracias al papel que la imaginación mantiene en la vida anímica. Estas satisfacciones imaginativas encuentran el goce de la obra de arte por la mediación del artista. El artista es entonces un generador de contenidos que de forma no verbal entabla una comunicación con los otros; un narrador de la historia emocional de la existencia humana.
Existe una relación indisoluble entre el arte y el hombre, ya que el arte es un recurso esencial con el cual se expresan los sentires, pensares y aflicciones correspondientes a un periodo específico de la historia humana. La obra de arte es el vehículo que permite profundizar en la sensibilidad, en la espiritualidad y en el empeño del hombre por la búsqueda de plasmar aquello que se percibe como belleza, la cual adquiere nuevos matices en diferentes lugares y épocas.
La genialidad de una creación artística no depende solo de plasmar el realismo o lo cotidiano de la época en una sociedad, sino que necesita, indefectiblemente de la inspiración del artista que expresa su visión de la realidad.
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Desde el primer momento que el hombre crea para expresar algo y lo convierte en algo perdurable, empieza el arte, el cual depende de la impresión ( interpretación de la realidad según su visión) o bien, de la expresión ( la creación a partir del mundo etéreo de la mente), de forma tal que una misma realidad vista por varios artistas adquiere un aspecto y una sensibilidad distintas.
Cuando miramos una obra de arte nos vinculamos con el relato emocional. El arte se convierte en una narrativa paralela a la crónica de los acontecimientos. A través de las expresiones artísticas podemos de forma sensorial entender nuestra historia. A través de la mirada del artista se cuenta la evolución humana no por los hechos fácticos, sino a través de las sensaciones que estos producen sobre la experiencia del individuo.
Para finalizar, Huyghe manifiesta que gracias al arte, el alma del artista se plasma en la materia tangible y esa realidad física se hace poseedora del espíritu humano, originándose así la belleza, la cual, se establece también, a través de la genialidad, las habilidades y el empeño del artista, cualidades necesarias, a su vez, en el público, para poder percibirla.