Querétaro

La participación ciudadana comienza en la infancia

Columna Ciudadanos en Acción.

La democracia no empieza a los 18 años, empieza cuando un niño levanta la mano para decir lo que piensa.

A propósito del Día de la niña y el niño, quiero compartir una reflexión sobre por qué es tan importante que niñas y niños participen en la vida social de sus colonias, sus comunidades y, por qué no, también de nuestro estado. Porque es ahí, en la infancia, donde sembramos los valores y causas que nos acompañarán toda la vida.

Desde que tengo el honor de representar a las y los ciudadanos en el Congreso local, he comprobado que una ciudadanía activa transforma realidades.Pero si hablamos en serio de participación, no podemos seguir viendo a las niñas y los niños como “futuros ciudadanos”. La niñez ya es parte de esta sociedad y merece ser escuchada como tal, desde hoy.

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Durante mucho tiempo se nos enseñó que la infancia es una etapa de formación, de preparación, de espera y que los niños y las niñas deben aprender, antes de poder opinar, que deben crecer antes de ser escuchados y esa idea, profundamente arraigada, ha limitado nuestras leyes y políticas públicas y ha frenado una verdadera cultura de participación democrática, por eso hoy quiero invitarles a que cambiemos esa visión porque hay 465 mil 504 voces de niñas y niños en Querétaro que merecen ser escuchadas.

Participar va más allá de votar, también es opinar, dialogar, organizarse, defender lo justo, cuidar el entorno, hacer comunidad. Y eso, créanme, las niñas y los niños lo entienden mejor de lo que imaginamos. He visto brigadas infantiles limpiando parques, cartas escritas por niños pidiendo un paso peatonal, grupos que se organizan para cuidar los árboles de su calle. Eso también es participación ciudadana. Y ya está ocurriendo.

Pero ¿qué estamos haciendo nosotros, como adultos, instituciones y sociedad, para escuchar esas voces? ¿De verdad les damos espacios para expresarse? ¿Tomamos en serio sus ideas, sus propuestas, sus preocupaciones? La niñez habla. El problema es que no siempre estamos dispuestos a escuchar.

Uno de los grandes retos es que la participación se volvió demasiado formal. Y sin querer, eso deja fuera a las infancias por su edad. Necesitamos abrir espacios reales: donde puedan imaginar, jugar, proponer y ser escuchados de verdad.


Desde el Congreso, he impulsado leyes para proteger a la infancia y mejorar los espacios que habitan, como la llamada Ley Kuri. Pero sé que esto no se logra solo. Necesitamos a las familias, las escuelas, los municipios y la sociedad civil. Hace falta una gran alianza por la participación de la niñez.

Imaginemos una generación que crece sabiendo que su voz importa. Que aprende, desde pequeña, a decidir en colectivo, a respetar otras ideas, a cuidar lo que es de todos. Esa generación será más democrática, sí, pero también más justa, más empática, más fuerte.

Las niñas y los niños tienen mucho que decir: sobre su ciudad, su escuela, su entorno, su seguridad. Y no podemos seguir gobernando sin tomarlos en cuenta. Nuestra responsabilidad es escuchar, acompañar, abrir puertas y tomarnos en serio sus ideas. Porque su visión es distinta, valiente, y muchas veces más innovadora que la nuestra.

Las y los niños queretanos han demostrado que les gusta participar y la prueba más clara es la pasada Consulta Infantil y Juvenil 2024 donde Querétaro superó la meta de participación que se había planteado, ya que participaron 208 mil 856 niñas, niños y adolescentes lo que representa un 149.26 por ciento, superando la meta establecida de 139 mil 932 menores.

Participar no es un premio que se gana con la edad. Es un derecho que nace con la voz. Y esa voz, sobre todo, la de la niñez, merece ser escuchada y respetada.

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