Tras los resultados de la elección judicial, el PRI en Querétaro, calificó este proceso como un “fracaso costoso y simulador”, así lo explicó la presidenta estatal, Abigail Arredondo, quien remarcó que esto denotó la desconfianza y el rechazo ciudadano a un proceso “mal planeado” y “manipulado”.
Aunque celebró que la gente empiece a reaccionar, refirió que preocupa lo sucedido con estos resultados, por lo que se está haciendo análisis a conciencia para anular la elección debido a que se considera que carece de legitimidad.
Este proceso dijo que tiró a la basura 13 mil millones de pesos, y que habrían servido para grandes acciones en educación, salud y seguridad, pero agregó que las afectaciones a la división de poderes no concluyen con esta elección, ya que viene una reforma electoral, con la intención de eliminar los organismos locales.
En lo personal, comentó que su ausencia en las urnas fue para no legitimar algo que desde el comienzo se señaló como “una farsa”, ya que desde la construcción de la reforma se presentaron más de 500 reservas ninguna fue considerada.
En tanto en Morena Querétaro se reconoció que existieron fallas, tales como poco tiempo para campañas y falta de difusión de los perfiles, explicó Ángel Balderas Puga, secretario de Organización, quien explicó que el proceso es perfectible e incluso se espera que la reforma local permita un voto más informado sobre los jueces locales.
Gisela Sánchez, presidenta estatal, resaltó que falta mucha educación para conocer cómo funciona el Poder Judicial, y el Instituto Nacional Electoral, en dos meses, no hizo su labor de educación ciudadana, por lo que planteó que los partidos y entes públicos generen esta difusión.
Sin embargo, resaltaron que esta elección puso fin a “la nominación de jueces por dedazo, por intereses obscuros, por familiares o gente que venía con poder”, y con el paso de los procesos la ciudadanía debe acostumbrarse a las boletas y a elegir los integrantes de este poder.