En el medio de la discusión por el proyecto Batán Agua para Todos, propuesto por el gobernador del estado, Mauricio Kuri González, con el que se busca garantizar agua para Querétaro para las próximas generaciones, es importante recordar que vivimos un déjà vu de 2022, año en el que se presentó por parte del Poder Ejecutivo el Acueducto III, una iniciativa que quedó paralizada por falta de acuerdos políticos.
Recién arrancada la administración de Kuri González, al agua fue un tema central, con la aprobación de la Ley de Aguas para el estado, también comenzó a hablarse de un proyecto hídrico a gran escala que ayudará a garantizar recursos para la entidad por los próximos 50 años, con una medida que traería 3 mil litros de agua desde la presa de Zimapán en Hidalgo para Querétaro, beneficiando a cerca de un millón de habitantes, en una medida muy similar al Acueducto II, por ello se le conoció como Acueducto III.
El proyecto fue presentado a la Conagua y al en ese momento presidente de la república Andrés Manuel López Obrador, el vocal de la Comisión Estatal de Aguas de Querétaro, Luis Alberto Vega Ricoy declaró ante medios de comunicación que la construcción se concretaría para inicios de 2023, incluso el gobernador comentó que las autoridades federales pondrían 700 millones de pesos y la obra en su totalidad costaría alrededor de 8 mil millones de pesos.
Entre revisiones de las distintas autoridades y aprobaciones el proyecto se fue retrasando, no arrancó cuando se tenía previsto y el propio presidente de la república puso lo dejó en pausa, al considerar el tiempo de su administración se estaba agotando y no se terminará antes del 1 de octubre de 2024, fecha en la que concluyó su periodo en el gobierno federal.
Otro factor que derivó en que esta iniciativa no avanzó, fue la presión por parte de pobladores, políticos e incluso el gobernador de Hidalgo, quienes mostraron su desacuerdo con esta medida. La población señaló que con la construcción del Acueducto II que arrancó en 2011, se prometieron obras que ayudarían a las comunidades aledañas a Zimapán para tener acceso a los recursos de la presa, pero esto no sucedió.
El en ese entonces gobernador de Hidalgo, Menchaca Salazar, respaldó protestas de los pobladores y señaló que no se podía llevar el agua de su entidad si las comunidades de la región tenían carencia de esta; otra voz que se alzó contra el proyecto fue la diputada del partido verde María del Carmen Lozano Moreno, quien dijo al Sol de Hidalgo: “Los habitantes no obtuvieron ningún beneficio, y puedo asegurar que los últimos 10 años de progreso que ha tenido Querétaro se los deben a nuestro estado”, respecto al Acueducto II, por lo que indicó que se deberían suspender los permisos para el proyecto hídrico queretano.
Con eso se dio fin al proyecto, el gobernador de Querétaro dijo que no se cancelaba, pero en ese momento, inicios de 2024, no había viabilidad ni económica, ni política para consolidar esta medida.
Así fue como llegamos a 2025, cuando el gobernador Mauricio Kuri presentó a la legislatura local el proyecto Batán Agua Para Todos, en el que ya no se traerá agua de Hidalgo, se buscará reutilizar la que se consume en la entidad, y cómo sí de un déjà vu se tratará hay dudas en la población, cuestionamientos sobre el financiamiento y problemas políticos que se interponen al proyecto.