La ciudad de Querétaro se llena de melodías y color con la tercera edición de Insitu Piano, un proyecto que coloca pianos intervenidos por artistas plásticos en las principales plazas y andadores del Centro Histórico, invitando a la población a explorar la música de manera libre y accesible. René Venegas, director de Siguientescena, comparte los detalles de esta iniciativa que busca democratizar el acceso al piano y fomentar el talento musical en la ciudad.
“Lo principal es que están colocados en las principales plazas y andadores del centro de la ciudad aquí de Querétaro para que puedan ser utilizados por la población en general. Son pianos en perfecto estado, con mantenimiento constante y con la participación de pianistas que asesoran a la gente que quiere acercarse por primera vez al piano o profundizar en su conocimiento”, explicó Venegas.
Inspirado en el proyecto Street Pianos del artista británico Luke Jerram, que ha llevado pianos a más de 80 ciudades en el mundo, Insitu Piano ha adaptado esta idea al contexto mexicano.
“Aquí la hacemos tropicalizada, con la participación de pianistas que asesoran y con artistas locales que intervienen los pianos”, explicó.
En esta edición, se han instalado ocho pianos, con planes de llegar a 11, incluyendo uno permanente en la terminal de autobuses y otro en la sala de abordar del aeropuerto. Los pianos, pintados por artistas locales como Julián “La Remolacha”, Gabriela Astarot y Virgilio y Virginia Ledesma, no solo son instrumentos musicales, sino también obras de arte que embellecen las calles.
Uno de los objetivos principales del proyecto es acercar el piano a personas que no tienen acceso a este instrumento, considerado tradicionalmente elitista por su alto costo.
“Un buen piano puede costar varios millones de pesos y las clases también son costosas. Aquí el asunto es que los tenemos todos los días de la semana durante todo el día, para que cualquier persona pueda tocarlos hasta el 3 de septiembre”, afirmó el director.
La iniciativa ha despertado especial interés en niños y jóvenes, incluidos aquellos que venden artesanías en las calles. “Hay niños que venden muñecas o artesanías, de origen indígena, que ya saben tocar varias piezas. Es una cuestión de democratizar el piano, porque lo mismo toca un maestro de Bellas Artes que un niño en la calle”, comentó Venegas, que resaltó historias inspiradoras como la de personas que se han mudado a Querétaro atraídas por la presencia de estos pianos.

Además de la interacción espontánea, Insitu Piano ofrece recitales gratuitos los viernes y sábados a las 7:00 p.m. en la Plaza de Armas, con pianistas de nivel nacional e internacional.
“Tenemos espectadores recurrentes que vienen edición tras edición a disfrutar de los recitales y de los pianos pintados, cuyo trabajo artístico es impecable”, añadió.
El proyecto cuenta con el respaldo de la Secretaría de Cultura del municipio y la Secretaría de Turismo del estado, lo que ha permitido superar las barreras iniciales de permisos enfrentadas en la primera edición.
“En esta tercera edición, ya camina como mantequilla. Es un proyecto tan noble que nadie se opone a tener un piano en la calle”.
Insitu Piano no solo lleva la música a las calles, sino que también saca a los músicos de los conservatorios.
“Los chicos que auxilian a la gente son egresados o alumnos avanzados del conservatorio. Han tocado toda su vida en salas formales, y de pronto están en la calle, compartiendo sus conocimientos. Ha sido muy enriquecedor para ellos”, reflexionó René Venegas.