Querétaro

Las manos que hacen a Lele

Margarita tuvo que irse de su natal San Ildefonso para buscar una mejor vida y hoy dedica su tiempo y esfuerzo a la confección de muñecas tradicionales queretanas, afrontando los retos de ventas y engaños

Margarita, artesana de San Ildefonso
Margarita, artesana de San Ildefonso continúa la tradición familiar de confeccionar muñecas queretanas como Lele y Dönxu.

El mundo ha conocido a Querétaro en los últimos años por un símbolo de identidad y de la cultura indígena que rodea al estado, la muñeca Lele ha visitado rincones en todo el planeta, pero ¿qué hay de las manos que la elaboran?, comunidades de pueblos originarios la llevan haciendo de forma artesanal por décadas y ahí es donde nace su importancia, en Publimetro entrevistamos a una de estas mujeres que han dedicado su vida a la muñeca queretana que ha conquistado los 5 continentes.

Su nombre es Margarita, nació en Amealco de Bonfil, en la comunidad de San Ildefonso y desde hace 30 años viajó y vive en la capital del estado, aquí busca de vender sus artesanías y poder salir adelante junto con sus dos hijos, gracias a la tradicional familiar de confeccionar a mano muñecas y textiles.

Fue su abuela la que le enseñó a trabajar la tela y el hilo para hacer la muñeca Dönxu, una figura tradicional, de ojos en línea y cabello recogido, que se diferencia a simple vista de Lele, la más popular.

“Pues de niña, porque mi abuelita nos enseñó, viene de una generación, una costumbre, una tradición de nuestros abuelitos, porque mi abuelita es la que nos enseñó cómo elaborar la Dönxu y ahí aprendimos… Dönxu es una muñeca que es una primera muñeca que se elaboró y pues viene a ser una historia grande porque es la primera. Luego sigue Lele, es como mamá de Lele”.

En su comunidad la vida no es fácil, hay carencias y problemas, el crecimiento no ha llegado y, como otros millones de personas en el mundo, el único camino que queda es migrar, salir de casa para encontrar una oportunidad de vida:

“La verdad es que nosotros en la comunidad no tenemos recursos, no tenemos trabajo, hay trabajo en el campo si hay, pero si tú no sales a migrar a una ciudad, la verdad, pues no sales adelante”.

Las jornadas de trabajo son de 10 de la mañana a 8 de la noche, entre las compañeras se ayudan a crear las muñecas para aminorar la carga de trabajo, atender sus puestos en el mercado artesanal y también cuidar a sus hijos, que es normal las acompañen en esta época por las vacaciones escolares.

Este trabajo a Margarita le sirve para mantener a sus hijos, reinvertir para hacer más muñecas y continuar su vida de artesana, aunque hay días buenos y días malos, momentos sin ni una sola venta y otros con pedidos especiales.

“Para mí, un día bueno aquí vender 700 u 800 pesos, porque en verdad venta no hay, son dos o tres piezas y cuando hay mejor venta, pues cuando nos invita a las exposiciones a fuera”.

Además de que se presenta otra problemática, los engaños y robo de identidad intelectual de diseños, Margarita nos compartió cómo hace algunas semanas, un grupo de jóvenes acudió con ella para pedir sus diseños y conocimiento para un proyecto, del cual nunca supo nada.

“Sí lo siento así, porque hace poquito vinieron unos jóvenes y preguntándome ideas y le ofrecí mis prendas para su proyecto, pero ellos dijeron, “Yo te los voy a traer para que tú veas el proyecto cómo va a quedar” y nosotros nos confiamos y ya no regresaron”.

Afortunadamente, para ella los turistas siempre se han mostrado asombrados y respetuosos de las tradiciones locales, admiran su trabajo como artesanas y nunca han sido groseros.

“Ellos aprecian mucho mi trabajo, ven el trabajo, me dicen, “Qué bonito” y se van muy contentos. Yo también me siento contenta, orgullosa de ser artesana y de ser indígena. Pero a veces no tenemos las mismas oportunidades de tener un lugar más estable, de un lugar donde en verdad fluya gente, nosotros queremos el turismo”.

Dentro de ese orgullo, Margarita señaló que es importante el uso que se le está dando a la imagen de Lele por el mundo y el trabajo de distintas dependencias del gobierno que han buscado durante estos años el progreso de los artesanos locales, por lo que agradeció su ayuda.

“Yo de parte del estado estoy muy agradecida porque cuando yo me acerqué a ellos, nunca me cerraron las puertas, entonces, usar la muñeca lele, yo lo veo como un símbolo, cultura de nuestro estado porque es una costumbre de nuestro pueblo originario que somos de Amealco y es una cultura que hace el estado para nosotros, porque no representa a nosotras”.

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