Querétaro

¿Bailar puede mejorar tu cerebro?

En un mundo donde el sedentarismo se ha transformado en un riesgo silencioso y en el que enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y el Parkinson se intensifican, el rol del movimiento en la salud física y mental adquiere una relevancia vital.

Bailarina: Mariela Sánchez González.
Bailarina: Mariela Sánchez González. Foto: Daniel Rosas.

Cada vez se tiene más evidencia científica de que la danza, más allá de su aspecto artístico o lúdico, favorece significativamente el funcionamiento del cerebro humano. Aquí se presentan algunos de estos beneficios.

La danza coordina simultáneamente estímulos motores, sensoriales, cognitivos y emocionales, por lo que favorece el trabajo conjunto de diversas áreas del cerebro, especialmente aquellas que regulan el movimiento y las sensaciones.

Bailar activa ambos hemisferios del cerebro, favoreciendo una mejor conexión entre ellos. Esta estimulación no solo implica un beneficio cognitivo, sino también emocional, ya que se activan áreas relacionadas con el placer y las emociones, lo que contribuye significativamente a mejorar el estado de ánimo. De hecho, diversos estudios han demostrado que bailar puede reducir los síntomas de depresión y ansiedad, impactando positivamente en la calidad de vida.

Además, la danza favorece la plasticidad cerebral y el aprendizaje. Durante la actividad, se liberan sustancias como el factor neurotrófico derivado del cerebro (BDNF), una proteína clave en la creación de nuevas conexiones neuronales.

Bailar mejora la gestión emocional, fortalece las relaciones sociales y fomenta la empatía, especialmente al practicarse en grupo. A nivel físico, contribuye al equilibrio, la coordinación y al desarrollo de áreas cerebrales vinculadas con la memoria y la orientación espacial.

Desde edades tempranas, la danza impulsa el desarrollo psicomotor y fortalece la conexión entre los hemisferios cerebrales, favoreciendo el aprendizaje. También estimula áreas relacionadas con la memoria y la orientación espacial, y mejora la propiocepción, lo que se traduce en una mayor conciencia corporal y mejor coordinación.

En este sentido, bailar no solo se presenta como una actividad física divertida, pues también es una práctica valiosa para mantener el cerebro activo y cuidar el bienestar emocional a lo largo de la vida. Además, es una actividad accesible y económica. Entonces… ¿qué esperas para empezar a bailar?

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