Hablar de cáncer de mama no es hablar de miedo, es hablar de vida. Es hablar de todas esas mujeres que somos hijas, mamás, hermanas, amigas, profesionistas, y que muchas veces dejamos nuestra salud para el final de la lista. Octubre nos recuerda que no podemos posponer el cuidado de nosotras mismas, porque la prevención puede marcar la diferencia entre una detección oportuna y un diagnóstico tardío.
El cáncer de mama es hoy la primera causa de muerte por cáncer en mujeres en México. Cada día, en promedio, 23 mujeres pierden la vida por esta enfermedad. Pero aquí está la esperanza: si se detecta en etapas tempranas, las posibilidades de curación superan el 90 %. No es solo una cifra: son miles de historias que pueden tener un final distinto si nos revisamos a tiempo.
Autoexploración: el primer acto de amor propio
La autoexploración no es un lujo, ni un capricho: es un acto de amor propio. Solo necesitas cinco minutos al mes para revisarte. Hazlo 7 días después del inicio de tu menstruación o el mismo día cada mes si ya no tienes ciclo. Frente al espejo, observa si hay cambios en el tamaño, forma o color de tus senos. Palpa con las yemas de los dedos en forma circular, revisando desde la axila hasta el pezón. Si notas un bulto, dolor persistente, retracciones en la piel o secreción, acude al médico.
No se trata de vivir con miedo, sino de conocerte. Entre más familiarizada estés con tu cuerpo, más fácil será identificar cualquier cambio.
Mastografía: la herramienta que salva vidas
A partir de los 40 años, la mastografía es el estudio más recomendado para detectar tumores que aún no se pueden sentir. Es rápido, puede realizarse de manera gratuita en las unidades móviles o centros de salud del estado y literalmente puede salvar tu vida. Querétaro, por ejemplo, ha intensificado las jornadas de mastografía en comunidades y colonias para que más mujeres tengan acceso, sin importar su condición económica o lugar de residencia.
Prevenir es un derecho, no un privilegio
Hablar de autocuidado no es cargar a las mujeres con otra tarea más, es reconocer que nosotras también importamos. No podemos seguir posponiendo citas médicas porque estamos “muy ocupadas” o porque priorizamos a todos menos a nosotras. El autocuidado es también un acto de rebeldía frente a un sistema que muchas veces nos exige dar sin parar.
Hacer ejercicio, mantener una alimentación balanceada, reducir el consumo de alcohol y evitar el tabaco son hábitos que ayudan a reducir el riesgo de desarrollar cáncer de mama. No se trata de vivir perfectas, sino de hacer elecciones que nos den salud y bienestar.
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Juntas es más fácil
Octubre Rosa es también un llamado a la sororidad. Habla con tu mamá, tus hermanas, tus amigas. Recuerda en tu grupo de WhatsApp la importancia de autoexplorarse, acompaña a alguien a su mastografía, comparte información en tus redes. Cada conversación cuenta y puede salvar una vida.
Cuidarte no es egoísmo, es un acto de amor. Es decidir que quieres seguir cumpliendo sueños, ver crecer a tus hijos, celebrar los logros de tus amigas, envejecer con dignidad y salud. La autoexploración, la mastografía y el autocuidado son herramientas que están en nuestras manos.
Hoy es el día para detenerte, mirarte y escucharte. No esperes a que algo duela para hacerte una revisión. Hazlo por ti, por quienes amas y por todas las que vienen detrás de ti. Porque cuando una mujer se cuida, cuida también a toda su comunidad.