Como madre, una de mis principales preocupaciones es que mi hija pueda salir a jugar, ir al parque o caminar de regreso a casa desde la escuela con la esperanza de regresar sin sobresaltos. Y ese deseo no es un capricho: es el corazón de lo que llamamos seguridad.
En México, tres de cada cinco personas (63 %) dicen sentirse inseguras en la ciudad donde viven. Según la INEGI, para las mujeres la cifra sube aún más: alrededor del 68.5 %.
En Querétaro, esa percepción es distinta: somos una de las 10 ciudades más seguras del país. Un dato que nos llena de orgullo, pero también de compromiso. Porque la seguridad no solo se mantiene con patrullas o cámaras, sino con comunidad, empatía y participación.
Querétaro tiene un modelo de seguridad que muchos reconocen: patrullaje, tecnología, atención a denuncias. Pero el verdadero tejido de seguridad se construye en lo cotidiano: en la mamá que acompaña la mochila del niño, en la vecina que revisa la puerta de su colonia, en la maestra que escucha cuándo algo no anda bien.
Para nosotras, las mujeres y madres queretanas, estos son algunos puntos que vale la pena considerar:
1. Acompañamiento activo. No basta con decir “ve con cuidado”. Revisar rutas, horarios, condiciones de transporte y espacios.
2. Denunciar sin miedo. Querétaro ha ocupado lugares altos en denuncias por violencia de género. Aquí las voces importan y alzarlas también es proteger a nuestra comunidad.
3. Educación en valores de confianza. Enseñar a nuestros hijos —y a nosotras mismas— que la seguridad no sólo es evitar el delito, sino fomentar la empatía, la solidaridad y el respeto mutuo.
4. Corresponsabilidad ciudadana. Participar en juntas de vecinos, en programas de seguridad comunitaria, en redes de apoyo: cada acción cuenta para transformar la percepción en realidad.
Porque la seguridad no se mide únicamente en cifras, se siente en la tranquilidad con la que dejamos que nuestras hijas salgan a jugar, con la luz que permanece encendida en la calle de regreso a casa, con las sonrisas que crecen sin temor.
Querétaro puede ser un ejemplo en seguridad para el país. Y ese liderazgo no depende únicamente del gobierno: depende de cada madre, cada mujer, cada vecina que elige sumarse y actuar.
Hoy te invito a ser parte de ese liderazgo:
¿Qué haces tú para que tu comunidad sea más segura?
¿Qué recorrido cambiarías para que tu hija llegue sin miedo?Tus respuestas importan. Tu voz fortalece nuestro Querétaro.

