Opinión

Diciembre en Querétaro: conciencia en el gasto, responsabilidad compartida

laura columnista
Colomnista. Laura Aguilar Roldán.

Diciembre transforma a Querétaro. El centro histórico se llena, los mercados trabajan a marchas forzadas, los restaurantes amplían turnos y cientos de pequeños comercios viven el momento más intenso del año. La Navidad no es solo una fecha simbólica: es uno de los periodos económicos más relevantes para la ciudad.

Durante la temporada decembrina, en Querétaro se genera una derrama económica estimada entre 4,500 y 5,000 millones de pesos. Es un volumen que no surge de grandes decisiones macroeconómicas, sino de miles de actos cotidianos: una compra, una cena, un regalo, una posada. El comercio y los servicios llegan a incrementar su actividad hasta en 30% respecto a meses ordinarios, y sectores como alimentos, restaurantes y hospedaje registran aumentos de entre 25 y 35% en ventas.

Esta dinámica es vital para la economía local. Para muchos negocios familiares y pequeños establecimientos, diciembre representa hasta una cuarta parte de sus ingresos anuales. También impulsa el empleo temporal, que crece entre 8 y 12% en estas semanas. La derrama importa porque sostiene trabajo, ingresos y estabilidad para cientos de familias queretanas.

Pero ese movimiento tiene un origen claro: los hogares. Cada peso que circula sale del esfuerzo diario de las familias. Por eso, hablar de conciencia en el gasto no es un llamado a frenar el consumo, sino a ejercerlo con responsabilidad. Celebrar no debería implicar comprometer la tranquilidad de los meses que vienen.


Existe una presión silenciosa por cumplir con una Navidad idealizada. Sin embargo, no todas las familias llegan a diciembre desde el mismo punto. Más del 60% de los hogares ajusta su gasto en estas fechas para poder cumplir con compromisos básicos. El aguinaldo, cuando existe, suele destinarse a una combinación de deudas, gastos navideños y pagos que se arrastran hacia enero. Usarlo sin previsión puede convertir un alivio momentáneo en una dificultad prolongada.

La conciencia comienza en casa. Presupuestar con honestidad, priorizar lo esencial y aceptar límites es una forma de cuidado familiar. También lo es simplificar los regalos y devolverles sentido. El valor de una celebración no está en el monto gastado, sino en la estabilidad que se conserva.

Elegir el consumo local con intención también es un acto de corresponsabilidad. Comprar en negocios de la colonia, del mercado o del centro histórico fortalece el tejido económico cercano, siempre que se haga con planeación y sin exceso. La conciencia no cancela la celebración; la hace sostenible.

Diciembre importa porque no solo cierra un año, también define cómo iniciamos el siguiente. En una ciudad que crece y se mueve, gastar con conciencia es una manera concreta de cuidar a Querétaro y a quienes lo habitan.

* Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de quien las escribe y firma, y no representan el punto de vista de Publimetro.

Lo Último