Cada nombre de familia es un eco del pasado, una clave que nos conecta con nuestros antepasados y la rica historia de una nación. En México, la diversidad de apellidos es tan vasta como fascinante; sin embargo, entre los miles que circulan, existen algunas que, por su extrema rareza, se convierten en verdaderos tesoros genealógicos, al borde de la desaparición.
Los apellidos, tal como los conocemos, comenzaron a establecerse en el territorio mexicano a partir del siglo XVI, tras la llegada de la Conquista Española. Su función inicial iba más allá de la mera identificación personal; eran cruciales para distinguir a individuos, acreditar propiedades y establecer linajes en una sociedad en constante transformación.
Así, surgieron nombres ligados a lugares de origen, oficios, características físicas o incluso apodos, tejiendo una intrincada red de identidades que ha perdurado a través de los siglos.

En la actualidad, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía permite identificar no solo los nombres de familia más comunes, sino también aquellos que, por diversas razones, se han vuelto sumamente escasos, casi reliquias de un pasado distante.
Estos apellidos raros suelen tener orígenes específicos, a menudo ligados a regiones geográficas muy delimitadas o a historias familiares particulares. Su rareza en México puede deberse a la limitada migración de sus portadores originales, a la disolución de los linajes a lo largo del tiempo o simplemente a que nunca fueron muy extendidos en el territorio.
Investigar su significado y procedencia transporta a otras épocas y lugares, revelando la intrínseca conexión entre la lengua, la geografía y la herencia familiar.
Entre estos apellidos que penden de un hilo en la rica onomástica mexicana, hay uno que sobresale por su marcada singularidad. De acuerdo con los datos proporcionados por el INEGI, únicamente 37 personas en todo el territorio mexicano portan el apellido Eguiluz.
De origen alavés, una región del País Vasco en España, este nombre de familia, que significa “ladera larga” en euskera, es el apellido más raro de México.