El impactante video documentado en 2020 que muestra a un policía de Nezahualcóyotl robando productos de una tienda, volvió a ser viral en redes sociales.
Las imágenes, captadas por un empleado del establecimiento, generaron una ola de indignación y pusieron nuevamente en el centro de la polémica la conducta de algunos elementos de seguridad pública.
El incidente, que se difundió ampliamente a través de plataformas digitales, muestra a un oficial, uniformado y en aparente servicio, realizando un hurto de manera descarada. Según los reportes que acompañan el video, el policía habría sustraído productos como estopa y Resistol 5000.
Aunque el video original data de un tiempo atrás, su reaparición reavivó la conversación sobre la corrupción y el abuso de poder dentro de las corporaciones policiales.
Se puede observar al oficial aprovechando un momento de distracción en el mostrador para tomar los artículos y esconderlos entre sus pertenencias, antes de salir de la tienda como si nada hubiera pasado.
Este acto, más allá de la gravedad del robo en sí, fue percibido por la ciudadanía como una traición a la confianza que se deposita en las fuerzas del orden. Un agente que debería estar encargado de proteger a la comunidad, en este caso, se convierte en el transgresor.
Cientos de usuarios, que no vieron la grabación en su tiempo, expresaron su enojo y frustración, exigiendo que se identifique y sancione al responsable. Este tipo de eventos disminuye la credibilidad de las instituciones y refuerza la percepción de impunidad que, en ocasiones, permea en el país.
La corrupción y los actos delictivos cometidos por quienes deberían velar por la seguridad de la población son inaceptables y deben ser erradicados con medidas firmes. La transparencia, la rendición de cuentas y la aplicación estricta de la ley son fundamentales para restaurar la confianza ciudadana en sus policías.