Las autoridades sanitarias en todo el mundo elevaron la supervisión de las importaciones de aguacates, tras conocerse que cargamentos del popular fruto fueron rechazados en mercados internacionales, como la Unión Europea, por exceder el límite tolerable de cadmio, un peligroso metal pesado.
Esta situación encendió las alarmas en el país, uno de los principales consumidores y productores de aguacate a nivel global.
El Ministerio de Salud comunicó que está monitoreando de cerca la situación a través del Sistema Internacional de Alertas Alimentarias e inició la preparación de una actualización de la normativa para garantizar la seguridad de los alimentos.
El cadmio, presente en la naturaleza y en procesos industriales, puede acumularse en el riñón y ha sido asociado con daño renal y algunos tipos de cáncer, según expertos en nutrición.
Aunque se encuentra en el ambiente, su presencia en concentraciones elevadas en alimentos como el aguacate representa un riesgo que debe ser atendido.
Otras naciones en la región también activaron sus propios controles fronterizos para el aguacate proveniente de países vecinos.
Reportes de RT indican que se han detectado niveles por encima de los estándares permitidos en ciertos envíos, lo que ha llevado a una investigación formal. La situación se ha agravado a lo largo del último año, con un aumento significativo en los rechazos de contenedores en la Unión Europea.
Sin embargo, a pesar de la gravedad del asunto, las principales asociaciones de productores han minimizado la magnitud del problema. Sostienen que los envíos cumplen con estrictos controles sanitarios y que el porcentaje de contenedores observados por estos motivos es estadísticamente insignificante.
Es importante aclarar que si bien este problema es de gran relevancia para la seguridad alimentaria en la región, la situación de alerta se ha reportado en Chile y Bolivia en relación con las importaciones de aguacate provenientes de Perú.
La cadena de suministro global es compleja, y este caso demuestra la importancia de los controles sanitarios estrictos en todas las etapas para proteger a los consumidores.
