Elba Esther Gordillo nació el 6 de febrero de 1945 en Comitán, Chiapas. Quedó huérfana a los tres años y comenzó a estudiar para profesora desde los 12. En 1970 comenzó su carrera política y se integró a las filas del PRI y el SNTE, bajo el liderazgo de Carlos Jonguitud.
Nacida en el empobrecido estado de Chiapas, en el sur de México, Gordillo tenía apenas 15 años de edad cuando se unió al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), que luego llegó a ser considerado un tipo de ejército electoral para el Partido Revolucionario Institucional (PRI), el cual gobernó México durante 71 años.
De 1971 a 1979 estuvo a cargo de varias áreas estratégicas del Sindicato hasta que en ese año fue electa diputada federal con sede en Nezahualcóyotl, Estado de México. Como secretaria de organización del CEN del PRI, respondió al V Informe de Gobierno de Miguel de la Madrid, en 1987.
Cuando una huelga de maestros disidentes llevó al entonces presidente Carlos Salinas a despedir al entonces líder del sindicato de maestros en 1989, Gordillo recibió el cargo. Entonces era vista ampliamente como una reformadora.
Firmó el Acuerdo Nacional para la Modernización de la Educación Básica con el entonces presidente Carlos Salinas de Gortari. Para 2002, los priistas la acusaron de apoyar las políticas del presidente Vicente Fox, y en 2003 inició una guerra entre la maestra y Roberto Madrazo.
Ella siguió el camino de la mayoría de los políticos mexicanos: escalando a través de una serie de cargos sindicales, de partido y en el gobierno. Fue senadora federal por el PRI y también tuvo un escaño en la cámara baja.
En 2005 se confirma la relación de Gordillo y el Panal, el cual formaliza los vínculos entre la corriente hegemónica del SNTE y el PRI.
Su apoyo a Felipe Calderón resultó crucial para que pudiera ganar la Presidencia de la República en 2006. La maestra logró que 400 mil profesores -según cita El País a fuentes del entorno de la maestra– votaran por Calderón en detrimento de Andrés Manuel López Obrador. Esto lo reconoció públicamente el año pasado.
Declaró a El País en 2011: “Hasta llegar adonde estoy, el recorrido ha sido doloroso. México es un país machista (…) Y yo me tuve que forjar entre hombres. Fui la única mujer. La única que resistió. Y lo hice en soledad. Soy una mujer muy solitaria. Casi nadie me conoce. No soy Dios. He cometido muchos errores. Y sé que por mi mala fama tengo que tener cuidado al apoyar a tal o cual candidato. Que si digo que este país necesita ahora un gran pacto y que el candidato que más me gusta es Ebrard, tal vez pueda estar perjudicando al señor. Eso es duro. No soy cínica. Lo sé. Sé de mi mala fama… Pero, lo crean o no lo crean, mi causa es México”.
Gordillo Morales es autora de libros como “La construcción de un proyecto sindical”, editado en 1995, y “El paseo de las Reformas, la batalla por México”, en 2005.
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