Luis R. Conriquez vivió un momento tenso durante su presentación en el palenque de Texcoco, luego de que se negara a interpretar algunas de sus canciones más icónicas pertenecientes al polémico género del narcocorrido.
La decisión obedeció a la advertencia del gobierno federal de imponer multas a los artistas que hagan apología del crimen durante sus shows.
Esta medida generó la furia del público presente, que reaccionó violentamente arrojando objetos y sillas al escenario, incluso causando daños a los instrumentos del equipo musical del cantante.
Tras el altercado, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, abordó el tema durante su conferencia matutina. Aclaró que no se está prohibiendo cantar narcocorridos, pero sí se hace un llamado a la conciencia sobre el contenido que se ofrece al público.
Estas acciones forman parte de la estrategia del gobierno federal para frenar la difusión de la cultura del narcotráfico en medio de una creciente ola de violencia en el país.
La noticia del incidente se viralizó rápidamente, y varias figuras del medio artístico se manifestaron al respecto. Algunos señalaron que la seguridad debe reforzarse durante eventos como la Feria del Caballo, ya que no es la primera vez que ocurren episodios de este tipo.

Luis R. Conriquez confiesa cómo vivió ese momento
En una reciente entrevista en La Saga, conducida por Adela Micha, el intérprete de Malas rachas compartió su experiencia durante el controversial concierto en el Estado de México.
El cantante explicó que, aunque sabía que su decisión molestaría a los fans, firmó un acuerdo en el que se le prohibía cantar narcocorridos.
“Me hicieron firmar algo donde me decían que si cantaba narcocorridos me podrían mandar al tanque”, relató el artista.
Luis R. Conriquez confesó que, al ver la reacción agresiva del público, se sintió presionado y sin herramientas para manejar la situación.
“No quise cantar los narcocorridos, pero la gente no entendió y yo no lo supe manejar a tiempo”, dijo con sinceridad.
Finalmente, admitió que su error fue no haber informado con anticipación al público sobre las restricciones impuestas, lo que provocó la frustración del público y la pérdida del control del evento.