Olga Breeskin es una de las artistas más emblemáticas del entretenimiento en México, reconocida por su talento como violinista y su trayectoria en cine, televisión y teatro de revista. Fue descubierta por Raúl Velasco mientras tocaba en restaurantes, y su carisma y belleza la catapultaron a la fama. Sin embargo, su camino al estrellato estuvo marcado por episodios oscuros y dolorosos.
En una reciente entrevista para el programa El minuto que cambió mi destino, conducido por Gustavo Adolfo Infante, la actriz y exvedette reveló que fue víctima de abuso en dos ocasiones, una de ellas por parte de un empresario y otra por un policía.

La promesa que se convirtió en una pesadilla
Antes de conocer a Raúl Velasco, Olga trabajaba tocando el violín como música de fondo en restaurantes. En uno de esos lugares, un empresario se le acercó con la promesa de lanzarla al estrellato.
“Cuando trabajas como fondo musical para que los ricos coman, eres música de relleno. Un día llegó un tipo corpulento… aún no llegaba Raúl a mi vida. Me dice: ‘Te voy a llevar a la Blanquita. Una mujer como tú no puede ganar una miseria. Yo te voy a hacer rica’”, recordó Breeskin.
Al día siguiente, accedió a irse con él, creyendo en sus intenciones. Pero el trayecto tomó un giro alarmante cuando el hombre se dirigió hacia la zona de moteles al sur de la Ciudad de México.
“Me subí al coche con mi violín. Él se fue hacia donde están todos los moteles. Empecé a llorar en silencio. Dejó de hablarme melosamente. Me abrazaba a mi violín. Me subió casi arrastrando. Me aventó el violín, me arrancó la ropa y me arrojó a la cama. Dejó su pistola sobre el buró”.
La actriz relató que en ese momento tenía apenas 17 años, y aunque evitó dar más detalles, describió el acto como “tan brutal que casi me desmayo del dolor”.
“Tú me preguntaste quién era y te prometí guardar el secreto, por misericordia a su familia. Solo diré que era un empresario con un restaurante en el sur, donde muchos artistas de mi época le ponían tapete rojo al violador de menores”, señaló, sin revelar su identidad.
El segundo abuso: la traición de un policía
Después del ataque, Olga logró salir de la habitación mientras su agresor dormía. Corrió a la recepción del motel para pedir ayuda, con la esperanza de ser rescatada por la policía. Pero esa esperanza se transformó en una nueva agresión.
“Corro a recepción y les digo ‘señores, me acaban de violar” llega la policía de ese tiempo y yo pensé que veía a Dios que me iba a salvar y de pronto el policía mete la mano en la entre pierna”
El guardia intentó aprovecharse, pero al ver la actitud de Olga, decidió aventarla del auto mientras estaba en marcha lo que pudo terminar con su vida, por lo que la artista reveló la decepción que sintió al ver que quien supone nos debe cuidar, también se aprovecha de los demás.
“Me dice ya con la mirada lasciva ‘y qué para su poli no hay nada’ y le dije “Poli no, no haga eso solamente piense que yo fuera su hija tengo 17 años, trabajo por necesidad (…) Me aventó del coche con el coche andando, casi rematada por alguien que se supone que nos cuida”.