Tom Cruise demostró una vez más que no solo es una estrella de cine… ¡también es un tipazo! Con su carisma por delante, conquistó a fans y prensa en la alfombra roja de Misión Imposible: Sentencia Final, realizada en el Auditorio Nacional de la Ciudad de México.
Llegó, saludó… ¡y se entregó al público!
Desde el momento en que bajó de la camioneta, Tom Cruise saludó efusivamente a las personas que lo esperaban en la calle. Pero no se quedó ahí: recorrió los pasillos del recinto tomándose fotos, firmando autógrafos y conviviendo con todos los que se lo pedían. Nada de prisas, todo con una sonrisa.
Christopher McQuarrie, el director de la cinta, también estuvo súper accesible y se tomó su tiempo con los fans. Pero, claro, estaba completamente opacado por el magnetismo de Cruise. (No es su culpa, Tom es Tom…).
Entre aplausos y ovaciones, alguien le gritó desde el público: “¡Tom, hermano, ya eres mexicano!” Y todos los demás asistentes comenzaron a corearlo al unísono sacándole una gran sonrisa al actor.
Y sí, después de tanta entrega, ya hasta se ganó el acta de naturalización emocional.
Tom Cruise dijo que tiene muchos amigos mexicanos (refiriéndose a propios y al público), al igual que no puede dejar de pensar en crear más películas; actualmente está trabajando en ocho más.
