A las 20:30 horas, las luces del Auditorio Telmex se apagaron como si la noche se transformara en una gran discoteca. Rayos de luz y destellos neón se cruzaban por el recinto, mientras miles de celulares iluminaban el lugar. Era la señal: Kylie Minogue estaba de vuelta en Guadalajara.
Con la energía a tope, la australiana apareció en medio del escenario, ataviada con un corsé y pantalón naranja, lista para abrir con Spinning Around. Desde el primer momento, su voz y actitud encendieron la fiesta.
Coreografías, brillo y nostalgia pop
Antes de interpretar I Feel Love, el público comenzó a gritar su nombre. Kylie respondió con una reverencia y una sonrisa cómplice, dejando claro que estaba feliz de regresar. El Auditorio se convirtió en un club nocturno: sonidos pop, luces hipnóticas y mucho glitter acompañaron cada canción.
Aunque en algunos momentos se notó que le faltaba aire, la cantante nunca bajó el ritmo y ofreció un show cargado de energía que recorrió lo mejor de su carrera.
Siete mil quinientas personas se reunieron para rendirle tributo en su segunda visita a Guadalajara, tras su concierto en mayo de 2011 en el mismo venue. Y, como era de esperarse, no faltó el clásico grito mexicano: “¡Kylie hermana, ya eres mexicana!”
La cantante tuvo que recurrir a la traducción para entender lo que el público le decía, pero terminó riendo y agradeciendo el cariño.
El momento más esperado: Can’t Get You Out of My Head
Entre cambios de vestuario, interacciones y beats que hicieron temblar el Telmex, la canción más esperada de la noche llegó como un himno: Can’t Get You Out of My Head. El público estalló y coreó cada palabra, demostrando que la reina del pop sigue viva en el corazón de los tapatíos.