La palabra “vamping” hace referencia a los vampiros, ya que, en lugar de dormir, las personas se quedan enganchadas a las pantallas, navegando por internet, viendo vídeos o interactuando en redes sociales.
Y es que dedicar el tiempo necesario para el descanso a otras actividades resulta perjudicial por la falta de sueño que ello conlleva. Pero si además en la actividad alternativa incluimos el uso de pantallas, las consecuencias son aún más negativas.
Y es que el cuerpo humano posee mecanismos para identificar qué parte del tiempo pertenece al día, estando activo para realizar las actividades normales diurnas, y cuál pertenece a la noche, cuando necesita descansar para recuperar la energía utilizada.
En dicho contexto, vale la pena hablar de la melatonina, la hormona que ayuda a regular el ciclo del sueño.
Cuando las células ganglionares fotosensibles que se encuentran en las retinas no reciben luz, el cerebro segrega esta hormona para ayudar a conciliar el sueño. De lo contrario, cuando se exponen a la luz, y eso incluye la luz de los dispositivos electrónicos, el cerebro disminuye la secreción de melatonina, lo que dificulta el inicio y el mantenimiento del sueño, provocando que las personas se mantengan despiertas.
PROBLEMAS DE SALUD
El uso excesivo de dispositivos puede provocar ciertas adicciones tecnológicas, como la llamada “nomofobia” (miedo a estar sin celular o a desconectarse de cualquier dispositivo móvil con internet), además de problemas de salud como:
1. Aumento de peso: Puede deberse a los cambios en los hábitos de sueño. La reducción de los niveles de melatonina produce alteraciones metabólicas que hacen que aumente el apetito y las ganas de comer alimentos dulces y ricos en grasas. Además, con menos actividad física debido al cansancio provoca que se reduzca el gasto calórico favoreciendo aún más el exceso de peso.
2. Estrés: Podemos despertar al día siguiente con la sensación de no haber descansado profundamente; de no haber podido desconectar debidamente de los problemas o situaciones del día anterior.
3. Cansancio y debilidad física: Esto se debe a menos horas de sueño que conllevan a menos horas de descanso y recuperación de nuestras actividades cotidianas.
4. Cambio en nuestra personalidad: Nos volvemos más irritables a causa de no dormir lo suficiente y/o no dormir bien.
5. Problemas para realizar procesos sencillos: Destacan una lentitud en el aprendizaje, así como una alta falta de concentración en tareas diarias.
7. Trastornos como ansiedad y depresión: Existe gran relación con la ansiedad provocada y algunos cambios en la conducta personal. Así mismo, la depresión puede ser otra consecuencia del vamping.
8. Fatiga visual: Nuestros ojos cansados se ven perjudicados con la luz de las pantallas y a largo plazo pueden provocar problemas de visión.
9. Dolores musculares y de cabeza: Esto se debe a las posturas que adoptamos al mirar la pantalla mientras estamos tumbados en la cama o mal sentados en el sofá. El vamping también puede causar entumecimiento en las manos o los brazos.
¿CÓMO PODEMOS EVITAR EL VAMPING?
Este cambio requiere establecer hábitos saludables y fomentar un uso responsable de la tecnología. Las siguientes recomendaciones aplican para personas de cualquier edad:
• Establecer horarios fijos de sueño: Es importante crear una rutina en la que se mantengan horarios regulares para acostarse y despertarse, incluso los fines de semana.
• Activar el modo “no molestar” o “noche”: Silenciar las notificaciones y reducir la exposición a la luz azul una hora antes de acostarse ayuda a mejorar la calidad del sueño.
• Fomentar actividades relajantes antes de dormir: Leer un libro o escuchar música tranquila pueden reemplazar el uso de pantallas y preparar el cuerpo para el descanso.
• Establecer normas de uso de dispositivos: Acuerdos familiares como no utilizar pantallas después de cierta hora o crear espacios sin tecnología pueden ser imprescindibles para un descanso adecuado.
LAS CLAVES
• El “vamping” es un término que proviene de las palabras en inglés “vampire” (vampiro, animal activo por la noche) y “texting” (envío de mensajes).
• Se refiere a la práctica de hacer un uso excesivo de los aparatos electrónicos como el celular o móvil, la laptop, la “tablet” o la consola de videojuegos, entre otros dispositivos, justo antes de dormir.
• Este hábito afecta especialmente a los jóvenes, quienes suelen retrasar su hora de dormir para continuar conectados.
• El descanso se ve mermado debido a la reducción de horas necesarias de sueño y a los efectos en nuestro cuerpo que produce la luz de las pantallas., cuyo uso excesivo durante la noche tiene consecuencias directas en la calidad del sueño.