¿Qué tienen en común una llanta vieja y una bolsa de cemento? En León, más de 17 mil personas descubrieron la respuesta al participar en el Llantatón 2025, una campaña que logró recolectar 17 mil 680 neumáticos usados y darles un nuevo propósito: convertirse en combustible para producir cemento.
Durante casi dos semanas —del 12 al 23 de mayo—, vecinos, empresas y autoridades se pusieron manos a la obra para juntar las llantas que normalmente acaban tiradas en lotes baldíos, azoteas o arroyos. En total, se habilitaron 25 centros de acopio, incluyendo sedes en delegaciones como Las Joyas y San Juan Bosco.
La iniciativa también busca evitar criaderos del mosquito que transmite dengue, zika y chikungunya, un problema que se agrava cuando las lluvias llenan las llantas olvidadas de agua estancada.
“Aquí no estamos hablando solo de basura, sino de salud pública y del futuro de nuestra ciudad”, señaló Fernando Trujillo, director del SIAP León.
De desecho a energía: la ruta de una llanta reciclada
Una vez recolectadas, las llantas se almacenan temporalmente y luego son enviadas a cementeras como Moctezuma, donde son usadas como combustible alternativo. Con ello se evita su quema clandestina, se protege el medio ambiente y se alarga la vida útil del relleno sanitario.
Desde que arrancó en 2018, el Llantatón ha evitado que más de 184 mil llantas terminen contaminando la ciudad. El esfuerzo es posible gracias al trabajo conjunto con instituciones como la Secretaría de Salud, Grupo Pirelli, y hasta el club Bravos de León.
