Un conflicto social se gesta en el municipio de Sayula, al sur de Jalisco, después que el ayuntamiento autorizó el cambio de uso de suelo en un predio donde existen vestigios arqueológicos y es patrimonio nacional.
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Durante el pasado fin de semana se metió maquinaria pesada a este terreno y causaron severos destrozos a tres pirámides prehispánicas. Pobladores advierten que escalarán la situación, incluso recurriendo al gobierno federal si el municipio mantiene los permisos para intervenir el lugar por parte de un grupo de campesinos.
El terreno se ubica en el Cerro de San Inés, ubicado en el costado poniente de la cabecera municipal. En 2018, el actual alcalde, Daniel Carrión, anunció un proyecto de construcción de un parque cultural para el rescate de dichos vestigios, no obstante, el proyecto nunca se desarrolló. Las autoridades sí reconocían entonces el valor cultural de este sitio.
Este fin de semana la maquinaria pesada inició el derribo de árboles y pasó por encima de los restos de tres pirámides prehispánicas. Padres de familia, maestros, alumnos y personal administrativo del Centro de Bachillerato Tecnológico 19 y habitantes de la colonia Belisario Domínguez, al percatarse de esta situación, montaron una valla humana y evitaron que se avanzara con estos trabajos, pero para entonces los daños eran graves.
“Las máquinas pasaron por encima de vasijas y otros restos de valor histórico. El municipio autorizó que se cambiara el uso de suelo y se permitieran las obras”, denunció uno de los vecinos de las ruinas.
Las pirámides dañadas, según estudios arqueológicos, eran para el culto del sol, la luna y Venus. Algunos académicos califican que este sitio tiene un valor semejante a Teotihuacán, pero por tratarse de un predio particular no es intervenido por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) igual a como sucede con otros espacios de valor arqueológico que no pueden ser expropiados.
El municipio es quien habría permitido el cambio de uso de suelo con fines agrícolas en este lugar.
Los habitantes de Sayula señalan que seguirán con la resistencia a fin de que no se afecten estas ruinas prehispánicas e incluso buscarán la intervención del gobierno federal para la protección de este espacio.