Qué bonito es enamorarse. Dos personas desconocidas, flechadas desde que se vieron en la reunión de un amigo. Todo iba bien hasta que… dijeron dónde vivían. Y ahí, justo ahí, lo que parecía ser una prometedora historia de amor, termino siendo una historia dramática de pareja, llena de peleas y malentendidos. ¿El motivo? La distancia.
Cuando dos personas enamoradas se enfrentan a esta situación, hay de dos: o sobreviven el reto y se juran amor eterno (y buscan vivir juntos lo antes posible) o todo el tiempo pelean porque uno siempre es el que va a la casa del otro, tienen cosas que hacer, para uno de los dos el gasto es muy elevado, está dejando de hacer cosas, etc.
Nadie dijo que sería fácil. Sin embargo, aquí les van unos consejos cuando tienen este problemita y realmente desean conservar la relación.
Si uno o los dos tienen auto
Cada relación es diferente. Sin embargo, es necesario que identifiquen cómo es le modelo de pareja que quieren construir.
Hay hombres que les gusta ser «caballerosos» y ser ellos siempre quienes las llevan y traen a su casa. Es necesario que quede explícitamente dicho y negociado de que así se sienten cómodos los dos. Si así lo acuerdan, no se valen reclamos después.
Sin embargo, existe el otro caso en el que la mujer está acostumbrada a que el hombre siempre vaya por ella, pero a él le parece que ella también debería lanzarse de vez en cuando.
En dicho caso, él debe plantearlo desde el principio. Si no logran congeniar en algo tan básico, como los roles de pareja, será difícil hacerlo en otras cosas.
Ninguno tiene auto
Si ninguno tiene auto, seguramente los dos están acostumbrados a transportarse solos. Lo mejor en estos casos, es irse intercalando las visitas: a veces en una casa, en otra o en un punto medio.
Sin embargo, puede suceder algo similar al caso anterior. Hay hombres y mujeres que les molesta que ella viaje sola por los atracos al género femenino en México.
Una vez más, se tiene que hablar. De lo contrario, lo que a él le puede parecer atento y protector, a ella le puede parecer machista, ¡o viceversa!
¿Y si te quedas a dormir en mi casa?
Siempre llega ese momento en el que lo más «fácil» es que uno se quede en la casa del otro.
Sin embargo, si son jóvenes, es necesario ser muy cauteloso al respecto, puesto que hay valores y dinámicas familiares a las que les puede parecer irrespetuoso.
En tal caso, si la relación va en serio, es indispensable priorizar el respeto a las reglas de la casa y no ponerte a los suegros o a tus papás en contra.
Todo llegará en su momento. De preferencia, el trato con los suegros debe ser siempre cordial y no generar peleas que a la larga tendrán un costo muy alto.
¿Cuál es tu experiencia?
