Algunas familias y círculos sociales que pertenecen a cierto nivel socioeconómico les parece «normal» darles un auto a su hijo o hija adolescente.
Estas familias consideran que su hijo está a un paso de ser «adulto» y la responsabilidad de tener un auto es un primer acercamiento.
El no razonar esta decisión puede ser peligroso. El tener un auto realmente tiene muchas implicaciones.
No sólo es el saber conducirlo y «ser responsable». Un auto cuesta mucho dinero, y pocos jóvenes saben valorarlo cuando no les ha costado.

Esto puede tener diversas consecuencias: que le den un mal uso al auto, estar en riesgo, retrasar su independencia económica, darle un mensaje erróneo del valor de las cosas materiales, etc.
Además, seamos honestos. El mayor interés de un adolescente es salir con sus amigos. ¿Es esto una necesidad real?
Muchos jóvenes hoy en día prefieren no tener esa responsabilidad. Tiene la opción de viajar en Uber y esto les parece más atractivo.
Sin embargo, el auto les da aún más libertad para movilizarse, algo que los padres deben tomar en cuenta.
¿Es obligación de los padres darles un auto? Por supuesto que no. No en balde, los accidentes en adolescentes son los que tienen tasas más altas en todo el mundo.

Es por ello que la decisión debe tomar en cuenta los siguientes puntos:
¿En realidad necesita el auto? ¿Recorre distancias considerables que así lo ameritan?
¿Es sumamente responsable? ¿Ha cumplido sus obligaciones escolares en forma?
¿Bebe alcohol? ¿Cómo son sus amistades? ¿Sabe establecer límites?
¿El presupuesto de la familia permite cubrir el costo del auto y todos sus gastos?
¿Cómo es la relación del adolescente con el dinero? ¿Ahorra? ¿Está financieramente educado? ¿Tiene conciencia del valor de las cosas? ¿Trabaja o ha trabajado?
¿Tienen contemplado en su presupuesto cursos de manejo profesional? ¿Han tomado en cuenta un tiempo mínimo de seis meses para acompañarlo antes de que conduzca solo?
¿Está gran parte del tiempo acompañado de amigos? Cabe destacar que, cuando viajan amigos varones, los accidentes son más comunes.
¿Está listo?
Cualquiera de los dos extremos son malos: tanto sobreprotegerlo, como darle demasiadas libertades.
Los padres siempre deben tener en cuenta que, lo que ven de sus hijos en sus casas, no necesariamente es su comportamiento con amigos.
A su vez, la madurez en los adolescentes es muy poca, debido a que su cerebro no ha terminado de desarrollarse. La corteza prefrontal se desarrolla hasta los 25 años aproximadamente.
Esta es la que nos hace prever las consecuencias de nuestros actos, tomar mejores decisiones y a la vez, inhibe el comportamiento inadecuado.
Ese es el riesgo: en el adolescente, será su emoción la que tome el control del volante.

Si ya has tomado la decisión de darle un auto a tu hijo, es indispensable que seas honesto contigo mismo y pienses si en realidad lo necesita, si es un buen momento y si está listo para asumir la responsabilidad.
Y, por responsabilidad, nos referimos a que el adolescente debe hacerse cargo de todos los gastos de mantenimiento, gasolina, refacciones, limpieza del auto, etc.
Finalmente, muchos millonarios consideran que parte esencial de su éxito fue que sus padres no les regalaron ni les dieron nada cuando eran jóvenes. Todo lo trabajaron por merecimiento.
Sigue tu intuición. Tú, más que nadie, debe saber si está listo para dar ese paso. Uno en el que su vida y su seguridad estará siempre de por medio.
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