Hay innumerables motivos por los que una persona no se atreve a decirle a su pareja su temor con respecto a cómo maneja.
¿Por qué? Una, es probable que despierte en él o ella el Hulk que lleva dentro.
Dos, porque están conviviendo tranquilos y es probable que eso arruine su día.
Tres, porque apenas se están conociendo y no hay la suficiente confianza.
Cuatro, porque cuando le dices empieza a manejar peor para desquitarse.
O cinco, porque te empieza a leer la cartilla de cómo conduces tú.
Sin embargo, no eres el único…
Una encuesta realizada por Budget Insurance, reveló que el 69% de las parejas casadas terminan peleadas a causa de la conducción.
Hay quienes no se contienen y expresan su enojo: el 40% confesó gritarle a su pareja.
Para otros es realmente un pesar: el 21 % confesó que odia la forma en que su compañero de vida conduce.
Pero, a pesar de ello, el 68 % prefiere no decirle nada para evitar una pelea.
Qué hacer si temes por tu seguridad
Generalmente la recomendación es que el copiloto también esté al tanto de la conducción.
Sin embargo, seguramente te constará que esto no es tarea fácil. Pero si temes por tu integridad, ¿qué es más importante?
Para que te des una idea del magnitud del problema, 1 de cada 4 personas aseguró que se negó a subir a su automóvil con su pareja al volante en el último año ¡porque temía por su propia seguridad!
Si ése es tu caso, te aconsejamos lo siguiente:
Encuentra el momento propicio para decirlo, ¡pero dilo! No te esperes a que estés en el auto con la ansiedad a tope.
Por el contrario, elige un momento de tranquilidad para sacar el tema no desde la crítica, sino centrándote en tu sentir.
Pídele amablemente, sin exigir, que cuando estés tú presente trate de reducir la velocidad y manejar más cautelosamente.
Finalmente, cada quien es responsable de conducir como desea, pero si hay terceros en el auto, debe haber una mayor consideración y sentido de responsabilidad.
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