Si algo busca una marca automotriz, es generar lealtad. Y si es antes, mejor. De esta manera, existe una amplia oferta de autos de lujo infantiles para todos los niños que desean un carrito hecho a su medida.
Sin embargo, ¿es buena idea? ¿Será que el otorgarles un juguete de marcas de lujo y superdeportivos les da un mensaje erróneo con respecto al dinero?
Depende. Y por supuesto, la respuesta está en los padres y en el entorno en el que se desenvuelve.
Juguetes «de marca» para niños
Seamos honestos. Todos sabemos que la educación tiene más que ver con los hechos que con las palabras.

De esta manera, el niño no se volverá «frívolo» o «superficial» por el juguete en sí. Es la intención de los padres, el cómo se comportan y se relacionan con el dinero.
Durante los primeros años de vida, los niños, literalmente, son esponjas que absorben toda la información posible de sus alrededores.
Si bien un adulto puede considerar que el niño no va a entender una «plática» de adultos, en realidad está en lo incorrecto.
El niño está asimilando e imitando todo lo que ve en sus padres, desde los comentarios, hasta el cómo manejan situaciones cotidianas.
Si bien es recomendable que un niño tenga un juguete neutro para estimular su imaginación y para que pueda representar el mundo que lo rodea por medio del juego, pocas veces esto sucede.
Los niños están expuestos a la mercadotecnia, a las modas, a la industria del entretenimiento y a la cultura.
Por lo mismo, está en los padres qué tanto neutralizan esta tendencia, o le dan demasiada importancia en sus vidas.

Tú le puedes obsequiar a un niño un Lamborghini. Para él, simplemente es un cochechito «muy cool».
No sabe qué marca es ni cuánto costó. A menos que los padres lo hagan notar.
De ser así, el niño comenzará a prestar atención a estos detalles e irremediablemente se volverá un tema en sus vidas.
A su vez, la intención con que los padres se lo dan cuenta mucho.
No es lo mismo que le regalen a su hijo un carrito de Porsche porque realmente es un juguete de alta calidad y quieren algo seguro para él, que comprarle un Porsche porque es un Porsche y desean la admiración de todos sus amigos y su círculo de adultos.
En este último caso, no lo están comprando por el niño, sino es un capricho de los adultos. Entonces, ¿para quién lo compraron?
He ahí la respuesta.