Aprender a andar en bici solía ser una práctica muy común en la infancia. Sin embargo, aunque no lo creas, se ha ido perdiendo.
La urbanización, la falta de espacios públicos y la inseguridad han ocasionado que muchos padres de familia desechen la idea de anda en bici como estilo de vida con sus hijos.
Si bien en muchas localidades y comunidades sigue estando vigente, esta práctica es muy positiva para el desarrollo de la infancia.
Además de que, en el futuro, les da la posibilidad de utilizar la bici como alternativa de transporte en la edad adulta.
Ventajas de aprender a andar en bici en la infancia
Todos sabemos que aprender a andar en bici no es sencillo. Requiere de superar muchos miedos, así como de coordinación y equilibrio.
Sin embargo, justamente por ello es muy importante: les ayuda al desarrollo de habilidades psicomotoras y kinestésicas.
En una era tecnológica, andar en bici es una opción muy saludable de hacer ejercicio y usar el tiempo de recreación de forma sana e inteligente.
¡Y ni hablar del contacto con la naturaleza! Si resides en áreas urbanas, el visitar frecuentemente un parque cercano hará toda la diferencia.
Otra ventaja, es que los niños comienzan a utilizarla como un medio para el juego.
Comienzan a planear dinámicas y actividades que la incluyan, fomentando las habilidades sociales de los niños.
A su vez, el dominio de la bici ofrece una invaluable sensación de seguridad, autoconfianza y autoestima.
Generalmente, los niños que la dominaron durante su infancia tiene mucho mayor confianza en las capacidades de su cuerpo.
¿La razón? Los niños aprenden a reaccionar y a estar mucho más alertas de todos los estímulos del ambiente.
Además, pierden el miedo a caer y lastimarse, aprendiendo una invaluable lección de vida al levantarse una y otra vez: el esfuerzo y la perseverancia.
¿Qué opinas?
