Seguramente, has sido testigo de niños y jóvenes que viajan sin cinturón de seguridad en las distintas vialidades y autopistas.
A pesar de los esfuerzos por educar a la población, hay quienes subestiman el papel del cinturón de seguridad y los sistemas de retención infantil al momento de salvar la vida a un niño, aunque sea en un accidente menor.
De la misma manera, muchos jóvenes no tienen la madurez ni la preparación para conducir por sí mismos.
Con información de la Policía Federal, en México los accidentes viales son la primera causa de muerte en niños entre 5 y 14 años y la segunda causa entre jóvenes de 15 a 29 años de edad.
Como es de imaginarse, los accidentes de jóvenes ocurren principalmente en fin de semana, tanto jueves como domingo en la madrugada.
Factores de riesgo
Una tendencia no sólo en México, sino a nivel internacional, es que los hombres encabezan las listas de accidentes. Y si son jóvenes, peor.
Esto se debe, por un lado, a que los varones asumen más riesgos, además de que conducen más que las mujeres.
A su vez, la conducción requiere de pericia y experiencia, algo que se obtiene con el tiempo y una correcta capacitación.
Por otro lado, conducir en estado de ebriedad es un factor común, el cual, aunado a la poca experiencia, se convierte en un peligro latente.
¿Qué hacer?
Entre otros consejos, hay dos en especial que recomienda la Policía Federal que deberían ser un requisito para todos los que se inician en la conducción.
Primeramente, los jóvenes deben aprender a manejar con profesionales en autoescuelas. Nosotros también agregaríamos que, además de enseñar sobre reglamento de tránsito y movimientos básicos del automóvil, los jóvenes necesitan comprender y aplicar las leyes de la física, sabiendo cómo reaccionar ante imprevistos.
Por otro lado, es importante recordar que los jóvenes no terminan de desarrollar su cerebro hasta los 25 años aproximadamente.
De esta manera, mientras no desarrollen la corteza prefrontal, es más difícil que prevean las consecuencias de sus actos.
Con más razón, los padres deben determinar con cautela cuándo el joven está realmente listo y maduro para asumir la responsabilidad de conducir.
No por nada, entre las recomendaciones se encuentran que, durante los primeros dos años, deben ir acompañados de un adulto.
A su vez, debe evitar conducir de noche los primeros seis meses. Y, lo más importante, ante cualquier señal de conducción peligrosa suspenderle el permiso de conducir.
Especialmente, tomando en cuenta que asumen más riesgos cuando están acompañados de sus amigos.
¿El mejor auto para un joven? En palabras de la policía, un sedán, sin altas pretensiones ni aspecto deportivo, así como con una buena seguridad activa y pasiva.
De la misma manera, deben evitarse vehículos todoterreno por peligro de volcadura.
¿Qué opinas?
