¿Es legal apartar la calle y la barda de tu casa con botes o señalamientos?

En México, todos los días vemos alguna forma de apartado de calle. No únicamente en vías públicas, también en fraccionamientos y casas.

Una de las causas más comunes de descontento entre vecinos tiene que ver justamente con la territorialidad y el derecho a estacionar sus autos.

Muchas personas o negocios no quieren que autos ajenos se estacionen en «sus» bardas. Por ello, recurren a botes, señalamientos o distintos objetos para obstruir la zona.

Como bien señala la ley, la entrada a un inmueble debe permanecer despejada para que el propietario pueda ingresar.

Sin embargo, ¿qué pasa con las bardas de las casas o los establecimientos? Vamos a ver lo que dice la Ley de Cultura Cívica de la Ciudad de México:

Artículo 25.- Son infracciones contra la seguridad ciudadana

II. Impedir o estorbar de cualquier forma el uso de la vía pública, la libertad de tránsito o de acción de las personas, siempre que no exista permiso ni causa justificada para ello.

Para estos efectos, se entenderá que existe causa justificada siempre que la obstrucción del uso de la vía pública, de la libertad de tránsito o de acción de las personas sea inevitable y necesaria y no constituya en sí misma un fin, sino un medio razonable de manifestación de las ideas, de asociación o de reunión pacífica.

Cualquier forma de obstrucción de la vía pública no está permitido. Por esta razón, el Reglamento de Tránsito únicamente contempla que las «rampas de acceso de vehículos» permanezcan despejadas.

¿Por qué a pesar de ello la calle sigue siendo obstruida?

Hay diversos motivos que provocan que esto sea tolerado por muchos: un intercambio de intereses. Si es tu vecino el que aparta su barda (incluso cuando no estaciona ningún auto), ahora ya sabes que no tiene sustento legal.

Sin embargo, en distintos establecimientos es más complejo:

– Muchos de los que apartan la calle ofrecen un servicio de vigilancia. A su vez, algunos ciudadanos se sienten más tranquilos de saber que su auto está relativamente «más seguro».

– Otro problema radica en que, para que puedan ejercer dicha actividad, ha sido necesario llegar a un acuerdo fuera de la ley con la policía. Por lo que, al final, hay un acto de corrupción de por medio.

Desgraciadamente, la corrupción amenaza el cumplimiento de la ley, favoreciendo la impunidad. Paralelamente, es necesario robustecer las estrategias de seguridad en las calles.

Los ciudadanos esperamos que llegue el día en el que estacionar el auto en la calle no signifique temer por el robo parcial o total de nuestro vehículo.

Y, por supuesto, que podamos transitar libremente.

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