Imagina la siguiente escena, sin duda, una pesadilla. Por fin decidiste comprarte un auto nuevo o cambiar el que tenías. Sin embargo, una vez que elegiste y compraste «la mejor opción», un nudo en el estómago te dice que en realidad, ¡ése no era el que en verdad querías! O peor todavía, tras una semana de uso, te das cuenta que no te gustó.
Por lo mismo, no presentas tu auto nuevo a todo el mundo o, cuando lo presentas, excusas tu decisión. Por ejemplo, «sí, en verdad es muy práctico para mi esposa y mis hijos» o «no es muy grande, pero mejor, ya sabes que en esta ciudad las calles y los espacios de estacionamiento son un problema».
Si es tu caso, esto quiere decir que elegiste un auto presionado por otras personas o por la rapidez de alguna negociación. ¡No te sientas mal! Esto sucede más de lo que piensas.
Lo que sí es que, al ser una inversión tan importante, deberás evitar apresura la decisión la siguiente vez. Para que te des una idea, según un estudio del departamento de investigación de Mercados de SEAT, en promedio tardamos dos meses en decidirnos y pedimos consejo hasta a ocho personas.
Incluso, 9 de cada 10 compradores reconocieron que las recomendaciones de su entorno más inmediato influyen en su decisión final. Si eres primerizo, la dependencia a las opiniones externas es mayor: ellos hablan con una media de 15 amigos y familiares en busca de recomendaciones.
Si a esto le sumamos que un escaso 14% tiene claro la marca y que el 55% de los futuros compradores cambia de preferencia a lo largo del proceso, verás que el tomar una «mala decisión» siempre es un riesgo latente.
¿Lo puedes remediar?
Si ya te diste cuenta que no te gusta y no te hace feliz, ¡reconócelo! Saca tu frustración. El tomar una decisión en estos casos no es nada sencillo. Especialmente, si ya firmaste un plan de financiamiento o si implica una pérdida de dinero el venderlo nuevamente.
Si el auto sólo es para ti, entonces considera todas tus opciones. Sin embargo, si el auto es para la familia o para tu matrimonio, es importante que negocies y tomes en cuenta la realidad de las cosas.
A su vez, no es lo mismo un auto nuevo de agencia que uno de segunda mano. En el primer caso, puedes ver qué opciones te da la agencia para que ellos lo vendan como seminuevo y en qué momento te conviene hacerlo. Eso sí, seguramente te dolerá el dinero perdido.
Si es de segunda mano, tienes que evitar perder más tiempo para que no se devalúe, colocarlo y tratar de recuperar lo que invertiste. Toma en cuenta que es posible que no puedas remediarlo y aquí debes ir más allá: es una lección invaluable de vida y a partir de allí, ¡serás más precavido!
Vélo como una experiencia que te dolió y que te hizo hacerte consciente de que la aprobación, aceptación y presión de los demás tiene un costo muy elevado, así como las prisas.
¡También evita cometer el gravísimo error de comprar un auto que está por encima de tu presupuesto!
