Los cóndores metálicos que vigilan la Ciudad de México

Crónica. En el cielo del Distrito Federal no sólo se pueden apreciar postales hermosas. El espacio aéreo capitalino es el campo de batalla de un escuadrón dispuesto a ayudar a los ciudadanos

En 60 minutos dos personas son atropelladas, un policía recibe un balazo en la cabeza, un camión escolar choca dejando tres niños lesionados, y un asaltante huye en un auto sedán color blanco… los Cóndores de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal, atienden y reportan todos estos sucesos desde el cielo.

La primera petición de apoyo llega segundos después del pase de lista (07:00 am) a pilotos y tripulación: un policía del DF fue baleado.

“Lesión por arma de fuego en el cráneo. Traslado urgente”, se escucha a una voz decir por el radio. 

En menos de media hora  un helicóptero traslada al hombre desde los límites con el Estado de México hasta el cruce de Benjamín Franklin y Avenida Revolución, donde el tránsito es detenido para que la aeronave descienda. 

“Aquí el tiempo es tu vida” afirma Francisco Tamés, director ejecutivo de helicópteros de la SSP-DF, mejor conocido como Jefe Tamés o Comandante cóndor.

A las 07:50 se reporta a un hombre atropellado en Avenida Eduardo Molina y San Juan de Aragón. El piloto Óscar Arredondo maniobra para voltear el artefacto de más de una tonelada que en ese momento sobrevuela Periférico y San Antonio.

“La orden es verificar que los servicios médicos ya estén en el lugar y si no es así, reportarlo a las ambulancias que se encuentren más cerca”, explica el paramédico Ricardo Dueñas, encargado, entre otras cosas, de reportar cualquier situación fuera de lo común que se aprecie desde el aire . Todo con Guía Roji en mano.

Dueñas explica en qué consiste su trabajo y lo sencillo que es orientarse en una ciudad como el DF desde el cielo cuando de su radio se escucha: “Tenemos un cuatro”. Y el piloto enfila hacia el sur “a toda velocidad”.

“Es un hombre que asaltó a mano armada y luego huyó en un auto blanco. Los agentes en tierra le perdieron la pista y hay que encontrarlo”, detalla Dueñas, quien al llegar a Calzada de Tlalpan y División del Norte, divisa un carro con las características del fugitivo. “Es el que buscamos”, dice con un tono de satisfacción.

Un sobrevuelo dura una hora. La ciudad se divide en cinco zonas (centro, oriente, poniente, sur y norte), a cada una se le asigna un helicóptero de los diez con los que cuenta el escuadrón.

Mientras el Bell 206 cubre el poniente, su tripulación se entera de que en otra zona de la ciudad un camión escolar está involucrado en un percance y tres niños están heridos. Otra unidad ya atiende la emergencia.

En otra parte de la capital una niña de 13 años fue atropellada y se reporta con fractura de cráneo, cadera y piernas.

La situación es delicada, pero tiene posibilidades de vida. Un Cóndor despega, va a su rescate. 

HISTORIA

La fundación de este cuerpo se remonta a 1971, durante el sexenio de José López Portillo, con sólo dos helicópteros.

• Nombre. Su primer nombre fue Águilas. En 1982 cambiaron el nombre a Cóndores, en homenaje al ave sudamericana. 

• Traslado. El primer servicio de ambulancia lo hicieron en 1971, cuando trasladaron a un policía herido al Hospital Central de la Cruz Roja en Polanco. 

Vida

40 órganos humanos han sido trasladados por los Cóndores, en cuestión de minutos, de diferentes estados del país a hospitales del DF donde pacientes esperan un trasplante de riñón, corazón o hígado.

“Hicieron lo que pudieron”. No todas las misiones tienen éxito

De todas las misiones de los Cóndores, una es la que prevalece en la mente del escuadrón y, sobre todo, del Jefe Tamés

“Una vez el papá de un niño al que trasladamos, vino con su esposa y otro pequeño. Nos trajo flores a todos y nos dio las gracias. Nos dijo: ‘Ustedes hicieron lo que pudieron’”, recuerda Francisco Tamés y agrega que “el niño murió”. 

A la semana se reportan de cuatro a 15 servicios de ambulancia. La mitad de quienes lo necesitan son niños. 

Según el Jefe Cóndor, los accidentes más comunes en los pequeños son las quemaduras y las descargas eléctricas. 

“Desgraciadamente son niños y no miden riesgos. Todo lo que te puedas imaginar pasa y muchas veces lo podemos evitar”, se lamenta. 

De acuerdo con el director ejecutivo de helicópteros, no hay un día de la semana en que el número de percances registre una reducción. “Incluso los fines de semana, cuando los padres están en casa”, afirma. 

Tragedia

Fallece policía baleado en Neza

Ricardo Meza Álvarez, de 27 años, el agente del Distrito Federal que recibió un disparo de arma de fuego en la cabeza el martes pasado, falleció en el Hospital Ángeles Mocel. 

El policía adscrito a la Unidad de Protección Ciudadana Aeropuerto fue sorprendido en un alto por un sujeto armado que lo amagó para robarle su auto de modelo reciente. 

Las versión oficial apunta a que Meza Álvarez se opuso al asalto, por lo que el delincuente le disparó en la cabeza y huyó.

Los sucesos ocurrieron cuando el joven policía se dirigía a su casa, luego de su jornada de trabajo.

A las 10:30 horas, informó la SSP-DF, el oficial falleció a causa del impacto de bala que recibió en el cráneo. 

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