El equipo de China, en la final mundial de Doha de 4x100m planos, protagonizó uno de los momentos más inauditos del atletismo y del deporte.
En el último cambio entre Lingwei Kong y Manqi Ge, las dos atletas renunciaron a cualquier posibilidad de evitar el último puesto para evitar ser descalificadas.
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Viendo que el cambio no había salido bien, y ya se habían salido de la zona marcada para pasar el testigo, en lugar de seguir hasta la meta con la esperanza de que los jueces no se dieran cuenta para no ser recibir algún castigo, decidieron retroceder hasta el inicio de la zona para volver a hacer el cambio perfecto.
Su objetivo era entrar legalmente a la meta, para asegurar su plaza olímpica en Tokio. Pero tanta diligencia no les sirvió de nada, porque la IAAF aplicó el artículo 170.7 del reglamento, que dice que el cambio empieza cuando la atleta que recibe toca por primera vez el testigo, y eso ya había ocurrido fuera de la zona, así que fueron igualmente descalificadas.