La marihuana medicinal, que comenzó a recetarse en agosto en Tailandia para paliar síntomas como el dolor y la falta de apetito, provoca un exceso de fe en algunos pacientes que piensan que puede curar el cáncer a pesar de la falta de evidencias científicas.
Las autoridades legalizaron el cannabis terapéutico el pasado diciembre, el primer país en el Sudeste Asiático, pero su suministro legal se demoró varios meses debido a dificultades logísticas y de regulación.
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La marihuana medicinal, que se receta de manera experimental a enfermos de cáncer en trece hospitales tailandeses, se suministra para combatir el dolor y los efectos secundarios de tratamientos como la quimioterapia y la radioterapia.
Ningún estudio científico ha demostrado que la marihuana cure el cáncer.
«El aceite de marihuana me ayuda, primero, a paralizar el dolor; segundo, a comer bien; tercero, a dormir más tiempo y, cuarto, a reducir los niveles de cáncer», explica a Efe Sutbantad, aunque reconoce que los médicos le dicen que no está demostrado que cure el cáncer.
Aunque el cannabis le fue recetado para combatir efectos secundarios como el dolor y la falta de apetito y sueño por un tratamiento de hormonas que toma, Sutbantad asegura que se le ha reducido el cáncer y decidió abandonar las sesiones de radioterapia hace meses.
De momento, el hospital suministra tetrahidrocannabinol (el principio psicoactivo de la marihuana también conocido como THC) a cinco personas enfermas de cáncer, mientras que otras tres están en lista espera, al tiempo que hay decenas de solicitudes.
La marihuana («ganja» en tailandés) se usaba como un remedio natural para diversos males antiguamente en Tailandia, como en otros países asiáticos, y hasta el conocido templo Pho en Bangkok exhibe en sus paredes placas inscritas con recetas de cannabis.
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Influenciadas por los países occidentales, las autoridades tailandesas penalizaron la marihuana en los años 30 y hoy día la posesión o transporte de esta droga se castiga con hasta 15 años de cárcel.
Arriesgándose a estas duras penas de cárcel, grupos clandestinos comenzaron hace más de diez años a distribuir marihuana medicinal entre pacientes de cáncer y otras enfermedades en Bangkok y otras provincias.
Tailandia sorprendió al mundo al legalizar el año pasado, bajo un Gobierno militar (disuelto este año tras las elecciones de marzo), la marihuana medicinal, el tercer país en hacerlo en Asia después de Israel y Corea del Sur.