Paso 1. Los preliminares.
Toma tu moneda favorita, asegúrate de que cuente con ambas caras, de preferencia diferentes si lo quieres hacer interesante (políticos y empresarios amigos de éstos, absténganse), voltea a ver fijamente la escena y lo que estás a punto de hacer. Con menos razón que nunca, que el pulgar haga volar tu peso.
Paso 2. El cálculo
Si crees que da lo mismo echar un volado con una moneda de alta o baja denominación, estás en un error crucial y podrían castigarte en alguna asociación que se dedique seriamente a echar volados. No sólo el peso atómico, sino el estilo y la cadencia influyen determinantemente cuando lanzas un centenario a una monedita de 50 centavos que si se te cae en la calle, optas por dejarla ahí, pues el gasto energético en kilojoules es más oneroso que la maniobra corporal.
Paso 3. Apuesta al canto
Los entendidos en la física aseguran que, de hecho, la probabilidad de que la moneda toque con el canto el suelo es de 94%, dejando 6% a que lo haga con alguna de las dos caras, pero limitan con cero la posibilidad de que la moneda quede de pie debido a la fuerza de rotación y de fricción de ésta, así que si apuestas a que “cae de canto”, la tendrás 96% ganada porque efectivamente habrá caído así.
Paso 4. Si pierdes con dignidad matemática
Por tener dos lados y pensar de modo aritmético y no geométrico, supondrías que la posibilidad de que caiga de un lado como del otro, es prácticamente la misma. Por eso el máximo upgrade del volado, como de cualquier reto es el ardido: “dos de tres”. Pascal y su amoroso triángulo concluyen que la probabilidad de obtener el mismo número de águilas que de soles en 100 volados es de 7.96%. Ahí tienes un tip para maldecir estas letras o echar un volado paralelo para ver si le haces caso.
Paso 5. Avienta tu moneda y ya
Lo más interesante de un volado es que la teoría confirma ser una mentira y ese 50% de probabilidad que promete ser águila o sol se incumple y cualquiera puede demostrarlo, ya que lo divertido de esto es que los volados son deterministas por probabilidad, pero caóticos por naturaleza: aunque cumplen con las leyes de la física y son explicables por ellas, son técnicamente imposibles de predecir. Los sistemas caóticos se caracterizan porque basta una pequeña diferencia en las condiciones del evento para que éste resulte de manera distinta, como, por ejemplo, las placas tectónicas, la atmósfera terrestre y el turbulento comportamiento de un humano que decide aventar un volado.
Lugares idóneos para lanzar un volado:
• La casa del volado. Durante mucho tiempo, el lugar donde se acuñaban las monedas estuvo alojado en el Palacio Virreinal, en 1731 se mudó a la sede de este museo y con la convulsión independentista cerró sus puertas, para que en 1825 reabriera como sala de exhibición de historia natural y posteriormente y hasta la fecha, diera pie al Museo Nacional de las Culturas Populares.
Antigua Casa de Moneda, Moneda 13, Centro. Tel. 5512 7452.
• ¿Con Centenario?
Si vas a echar un volado para ver quién paga los tragos, que sea con centenario, pero el del número 107, pues aquí encontrarás una nutrida oferta de cervezas nacionales e importadas que puedes acompañar con deliciosas pizzas y otros platillos de su carta.
Centenario 107, Centenario 107, Del Carmen, Coyoacán.
• Niños volados.
Hay un nuevo Kidzania en Cuicuilco y ahora podrás pasar la responsabilidad de tirar el volado a los niños, quienes juegan a ser grandes (¿qué tiene de divertido?) y ganan dinero (kidZos) para luego gastarlo del modo más superfluo que puedan suponer. Divertidamente realista.
Insurgentes Sur 3500, Cuicuilco. Tel. 5424 9500.